ROGER FENTON 1855
Ningún periódico, ningún testimonio, ningún escrito, ningún libro podría expresar tan bien los hechos épicos de esta Guerra de Crimea en todo su desastroso y siniestro detalle. El ojo se mueve desde los bancos del Danubio a las costas del Bósforo, desde el cabo de Kerson a la llanura de Balaklava y sobre los campos de Inkerman. Desde los campamentos ingleses, franceses, turcos y piamonteses, las calles de Constantinopla y los hospitales, a una variedad de solemnes ceremonias religiosas y militares.
Charles Baudelaire.
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