La bravuconería inicial se ha vuelto en un rictus de ridiculez y patetismo, desmedidos. La inexistencia de un real liderazgo en la guerra contra el mundo árabe arrastra la sombra del fracaso en Kabul y Bagdad, por lo que se hace necesario hoy acentuar la simulación y la hipocresía para ocultar lo que en fondo solo le importa a Francia, España, Italia, Escandinavia, Gran Bretaña y Alemania: el petróleo y nada más. El primer payaso de Francia Sarkosi solicita urgentemente una coordinación política que reparta el anhelado botín de África del Norte entre los "aliados", parando el consabido agandalle norteamericano y frenando al mismo tiempo las ambiciones de los pares alemanes e italianos. Mientras desde Alemania la Merkel tiene un ataque despecho por fiebre uterina mal tratada y retira sus barquitos del Mediterráneo para evitar que actúen...Inglaterra y Canadá abortan misiones aérea para no desgastar sus constreñidos presupuestos de defensa ante la evidencia de que las negociaciones entre Gadaffi y otras potencias europeas está en camino de pervertir aún más el mandato 1973 de la ONU. Al otro lado del mundo, Barack Obama defiende la tesis de la revolución orgánica mientras la derecha lo presiona para que abandone la tibieza y el resquemor, al fin de cuentas el imperio ha de revivir con la economía de la guerra y el desastre ajeno. Los cuatro avioncitos españoles cumplen misiones de reconocimiento para mantener la zona de exclusión que poco o nada afectan a las formaciones élite del experimentado ejército libio, el cual, sigue movilizando sus blindados para aplastar en sangre la rebelión de connacionales y mercenarios reputados. Desde este soberano desmadre intervencionista -sin intervenir realmente- se agudiza la situación de civiles, desplazados y no desplazados, atrapados entre el martillo aéreo europeo y el yunque castrense leal a Muammar el Gadaffi. Como en los viejos tiempos de la crisis en la ex Yugoslavia, el "humanismo" militar de USA & OTAN empeora la condición de civiles y desata la masacre. Es el quinto día del descrédito internacional y todo el mundo sabe que la misión "pacificadora" fracasará en las puertas de Trípoli, ahogada en profundos ríos del dinero y la especulación de las nuevas concesiones para la explotación del oro negro. El nuevo humanismo salva corporaciones y capitales pero no núcleos civiles que se debaten entre el furor de los asesinos y la indiferencia del kimono* multilateral denominado Naciones Unidas.
*En alusión al nombre del actual secretario general de la ONU y la triste figura en que ha convertido a Naciones Unidas arropando la rapacería de las potencias mundiales, en especial Estados Unidos.
*En alusión al nombre del actual secretario general de la ONU y la triste figura en que ha convertido a Naciones Unidas arropando la rapacería de las potencias mundiales, en especial Estados Unidos.
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
MIÉRCOLES 23 DE MARZO DE 2011
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