EGOLATRÍA
MEDIÁTICA
By JORGE ANTONIO DÍAZ
MIRANDA
Abril de 2013
Sin sonrojarse el
gobernador de Morelos, Graco Ramírez, sale a la palestra declarativa cada vez
que los reflectores andan cerca para “opinar” de todos los temas sin que nadie
se lo pida, en una demostración indecorosa de egolatría. Es tan original que
no se le ocurre otra cosa que aplaudir hasta el menor guiño de Enrique Peña
Nieto, en un guión genuflexo, trazado y reivindicado previamente sin ningún
pudor por chuchos, amalios y rosarios, es
decir las tribus más prósperas, trepadoras, acomodaticias y reaccionarias del
perredismo. Esa es la escuela de Graco, y desde ahí la “lógica” entreguista de sus
escarceos, el afán desmedido de “lucirse” con ofensivas opiniones analfabetas y
desinformadas, de los enormes pantanos ideológicos e históricos que exhibe, de
las contradicciones e incoherencias para justificar discursivamente el rito más bajo de
la política a la mexicana: el besamanos de los anillos del poder, en un ir y
venir de cálculos indignos con los que piensa ganar los favorcitos del
presidencialismo.
Pero, ¿cuánto cuesta a la
ciudadanía esas apariciones en medios impresos?, esa es la pregunta que todos
nos hacemos y ese es el secreto mejor guardado de la opacidad estatal, todo un
capítulo aparte de la falta de rendición de cuentas. Cuánto cuesta a la
ciudadanía las inserciones pagadas de Graco para auto elogiarse y desinformar. Cuánto
cuesta a la ciudadanía los acarreados de la red ciudadana GxG, asociación civil
privada en manos de personajes oscuros que nadie conoce y que sin embargo
recibe todos los apoyos financieros oficiales para organizar mítines al viejo
estilo del anciano pero no moribundo régimen unipartidista. Divina trinidad de
misterios forjados a la mala por el
nuevo inquilino de Casa Morelos.
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