jueves, noviembre 24, 2011

THE LORD OF WAR



LORD OF WAR[1]

LA PELÍCULA DEL HOMBRE
QUE QUIERE VER ARDER AL MUNDO

By JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Noviembre 2011

“El alma negra sólo en paraje oscuro y en la voz ominosa encuentra compañía”
Rafael Sánchez Ferlosio.

La película es un buen pretexto para hablar del británico Tim Spicer, el inventor de la denominación “Military Entrepreneur Private”, empresas militares privadas (EMP), además de ser uno de los primeros grandes empresarios que introdujo notables innovaciones al mercado internacional de las armas, expandiendo económicamente dicho sector. En su autobiografía An Unorthodox Soldier. Peace and War and the Sandline Affair, Spicer describe sus experiencias como soldado de las fuerzas armadas de Su Majestad donde obtuvo grandes condecoraciones por su servicio de armas en distintos escenarios tales como la guerra civil de Irlanda del Norte, Chipre, las fuerzas armadas del Rhin en Alemania, Las islas Malvinas frente a las costas argentinas durante la guerra entre ese país  y Gran Bretaña y su participación en la guerra de los Balcanes destacado en Bosnia Herzegovina. La carrera militar de Spicer fue desarrollada en todo su potencial en las Unidades Especiales Británicas SAS y en la reconocida academia militar Sandhurst (equivalente en fama a su par estadounidense West Point Academy), donde entrenan también las fuerzas especiales Gurkhas de Nepal anexadas a la Royal Navy. En  1995 se da de baja de las fuerzas armadas de su país para ingresar en actividades empresariales dentro de la corporación de inversiones Foreign and Colonial, desempeñándose como director adjunto de Marketing para Oriente Próximo con resultados de negocios más que atractivos vendiéndole tecnología militar de última generación a Israel, Arabia Saudita, Kuwait, el reino de Dubai, entre otros. Un año después Spicer funda su propia empresa de prestación de servicios militares: la Sandline International (SI), la cual se hizo famosa por el “escándalo de Papúa y Nueva Guinea”. La isla situada al norte de Australia declaró su independencia en 1975. En 1989, en la isla de Bougainville, donde hay grandes minas de cobre regenteadas por británicos y australianos, estalló una sangrienta lucha entre el movimiento independentista Bra y las tropas del gobierno, que se prolongaría por nueve años por una correlación de fuerzas equilibrada. Sin embrago en 1997 el gobierno contrataría aSí, la empresa de Spicer, para vencer a los rebeldes, para lo cual se firmó un contrato de tres meses por un monto de 36 millones de dólares. Ante dicha decisión Gran Bretaña actúo con la acostumbrada doble moral de siempre, públicamente condenó el contrato celebrado pero en la oscuridad proveyó logística, pertrechos e información de inteligencia. La oposición provino de Papúa y Nueva Guinea, y de Australia, el país de ultramar asociado al Reino Unido. Hubo un golpe de estado y el gobierno de Bougainville fue derrocado, los mercenarios (ingleses, sudafricanos y etíopes) de Spicer apresados junto con su equipo de combate (armas y helicópteros procedentes de Bielorrusia). Spicer inicio una causa jurídica en tribunales internacionales que, poniendo de lado la soberanía de los países miembros, favoreció al empresario quien demandó de Papúa y Nueva Guinea una indemnización por 18 millones de dólares. La desintegración del bloque de países comunista con la URSS como cabeza de puente, abrió los arsenales de esos países para que mercaderes como Spicer surtieran los pedidos bélicos de dictadores de todo el orbe. El periodista alemán Rolf Uessler sugiere que la empresas como SI, Dyncorp, Hallyburton, SAIC[2], entre otras, pueden operar gracias al respaldo de los gobiernos con los que comparten fuertes intereses estratégicos. Si bien son firmas sin filiación nacional específica por el aspecto global de su peculiar forma de comercio, su origen y centros de negocios están ubicados en los principales países industrializados como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, Rusia, etc. Además, sus operaciones encubiertas están protegidas por la opacidad jurídica y administrativa a pesar de operar con recursos públicos. Sus servicios a menudo abarcan ámbitos tales como la capacitación, la asesoría táctica, soldados especialmente entrenados, sistemas de armas para ámbitos diversos  y tecnologías de información. Además estas empresas incluyendo las del propio Tim Spicer trabajan para los sectores de elite empresariales y financieros, lo cual es una anomalía de inequidad dentro de las modernas democracias occidentales, en deterioro del papel de la ONU en el arbitrio de conflictos entre países para lograr soluciones no violentas en sus diferencias. Volviendo a Spicer, el último de los escándalos documentados de su empresa SI fue en Sierra Leona en el año 1998, cuando hizo llegar a la insurgencia de ese país 30 toneladas de armas de fabricación búlgara, a pesar del embargo decretado por la ONU. Las últimas aventuras empresariales de Spicer son Trident Maritime y Aegis Defense Services, involucradas en la última oleada bélica contra Irak con los escándalos de los barcos prisión y Abhu Grhaib…                                    



[1] Dirigida por Andrew Nicol, Protagonizada por Nicolas Cage, Jared Leto, et. al., Lions Gate Home Entertaiment, Estados Unidos: 2005.
[2] SAIC es quizá la firma privada de servicios militares  de inteligencia más importante del mundo.

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