sábado, febrero 01, 2014

LA DOBLE DERROTA ESTADOUNIDENSE EN AFGANISTÁN

JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Febrero 2014


Después de trece años de intervención militar estadounidense con sus aliados de la OTAN, más una mega inversión de más de 100 mil millones de dólares invertidos supuestamente en "servicios sociales" y los 6 mil millones adicionales para "contener" la producción de opio; el saldo negativo es abrumador con un enemigo invicto, un gobierno débil, corrupto y nominalmente democrático. Este legado terrible se acentúa más en el ámbito social con un desempleo de más de 40% y una sociedad empobrecida, con un tejido fracturado, marginado y a merced de las bandas criminales. Una expresión de la crisis social es la epidemia de adicción a la heroína, desatada por una producción explosiva de opio en los últimos cinco años cuyo saldo es de 1.6 millones de adictos afganos (de una población total de 20 millones). 



A este último respecto el informe más reciente de la oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), señala que Afganistán es el mayor productor de Opio del mundo con un mercado que genera 68 mil millones de dólares anuales. Frente al desempleo, la falta de oportunidades y la infraestructura agrícola casi destruida, el opio ofrece una actividad seis veces más rentable que cualquier otro cultivo incluyendo la nuez o el trigo. Este año, según el mismo informe de UNODC, más afganos dependen del ingreso de la heroína que del trigo. 

La triste verdad que enfrentan Estados Unidos y sus aliados de la OTAN es que a pesar de desplegar una fuerza que absorbió  el doble de tiempo y dinero empleado en la segunda guerra mundial, Afganistán sólo es seguro hoy para las mafias productoras, distribuidoras y exportadoras del opio. La coalición internacional es responsable de haber forjado el narco-estado afgano que ahora comercializa en los mismos Estados Unidos, Rusia y Europa -a través de cárteles mexicanos- la heroína que consumen sus jóvenes. El retiro en este año de una cantidad masiva de tropas estadounidenses abre un molesto paréntesis de incertidumbre que incrementará la producción en los próximos cinco años. 

En un nivel más amplio, la producción del opio genera ganancias adicionales a los enemigos de Estados Unidos, los talibanes, pues estos comenzaron a proteger a las mafias locales quienes comparten con estos un gravamen de 10%. La intromisión de la milicia talibán incrementó la violencia en contra de las incipientes corporaciones policíacas de afganistán, que son vistas por los locales como alineadas con el invasor, inoperantes y corruptas. En 2013 entre marzo y octubre fueron asesinados 1273 policías afganos 770 vigilantes rurales. Los talibanes lanzaron 660 ataques en 30 de las 34 provincias del país dirigidos principalmente contra la policía y el ejército estadounidense. 

Un efecto indirecto de este crecimiento astronómico en la producción afgana de Opio y heroína es que el volumen de negocio ya es equiparable a las del gas o el petróleo, con mercados sólidos, potenciales y en formación. Por ejemplo Rusia que tiene los mayores índices de adicción a la heroína con 5.5 millones de drogadictos. Estados Unidos, en segundo lugar, 669  mil usuario. Pero Afganistán, Paquistán, India, China y Europa, son mercados potenciales donde el opio y la heroína entran pisando firme. América Látina es una intermediaria de este mercado que tiene su plataforma firme en Paquistán.                              

No hay comentarios.: