JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
02 de enero de 2014
El departamento de policía del estado de Connecticut, Estados Unidos, publica un años después de ocurrido el hecho, sus conclusiones respecto del tiroteo dentro de la escuela primaria de Newtown, The Sandy Hook School,en el que murieron 20 alumnos menores de edad junto con algunos de sus maestros. El reporte señala que nada se pudo hacer para prever una tragedia de tal magnitud. De forma coincidente en esta semana salió a la venta el libro del periodista Matthew Lysiak titulado Newtown: An American Tragedy, cuyas conclusiones son contrarias a las del departamento de policía. El análisis de Lysiak sugiere que todos los signos de la tragedia estaban ahí a la vista de la comunidad, bastaba que pusieran atenciòn a la mirada perturbada de Adam Lanza y su tragedia personal gestada desde una infancia retraída con períodos de bullyng escolar, una adolescencia perturbadora y fóbica obsesionada con plays game de guerra, y trasnochadas búsquedas en internet del modus operandi de serial killers; en compañía de un madre que al no saber qué rayos hacer para sacar del mutismo a su hijo, lo rodeo de armas semi automáticas como el rifle de asalto Bushmaster utilizado en el asesinato de alumnos y maestros.
El libro de Lysiak tenía como propósito responder por qué del asesinato de los menores, pero a medida que fue adentrándose en el dark room de la vida previa de Adam Lanza, se dio cuenta que la historia iba más allá del tiroteo, justo en las aguas profundas de una precoz enfermedad mental, siniestra, perturbadora, paranoica y violenta. En su investigación periodística, Lisyak fue capaz de conseguir cientos de correos electrónicos que exponen la lucha que Adam Lanza mantuvo toda la vida con su enfermedad mental, empezando con su niñez complicada y su miedo a que lo tocasen...a la postre el asustadizo niño pequeño se convirtió en un adulto aislado rodeado de imágenes violentas que pronto se convirtieron en una obsesión por la muerte de todos. Todas las señales de advertencia estaban ahí, a la vista de todos, pero todos decidieron pasar por alto los señalamientos funestos. A través de la investigación de Matthew Lysiak es fácil entender -lo cual no significa justificar- por qué Adam Lanza se sentía en guerra con la realidad. Vivir era una tortura para él: luces brillantes, sonidos fuertes, voces siniestras que le susurraban en la oscuridad...incluso un roce podía provocar que se retrajera y dejara de hablar. Se obsesionó con la violencia en un grado que era anormal incluso para la sociedad belicista estadounidense. Vivía día y noche con imágenes violentas, sueños violentos, escritos violentos, poesía violenta. Hora tras hora pasaba frente a la computadora jugando vídeo juegos de guerra o investigando sobre armas. Y luego estaban las armas semiautomáticas que su madre Nancy Lanza compraba para "proteger a su bebé". Adam vivía rodeado de visiones de muerte y destrucción.
1 comentario:
Hola.
Leer este texto me causa escalosfrios. Me sorprende en verdad, en lo que podemos convertir a un ser humano. Estos criminales ( lastimoso llamarlo así por ser tan joven ) son formados por la sociedad. No se nace hoy y mañana ya se es criminal. Debió tener un proceso de formación bastante meticuloso y su mal neurológico lo convierte en aprendiz perfecto. La negligencia también es un tipo de violencia, y por lo que puedo entender su contexto familiar era un factor de riesgo y el sistema ni que decir, tan frágil y convenenciero. -- la corrupción en su máxima expresión-- Como para poner en las manos de un chico vídeos nefastos de violencia extrema, autorizados por la larga lista las leyes de comercialización del gobierno; que da fortuna a unos a costa de la infortuna de otros, y posteriormente un arma en las manos de un joven con resentimiento social y trastornos mentales. Todo lo anterior es tan solo un juicio de valor. No he leído el libro, y me parece interesante. Me daré a la tarea de encontrarlo. Puedo aprender mucho de este lamentable episodio de la historia de este joven.
Desde el hermoso caribe mexicano recibe mis mas calurosos saludos, besos y abrazos.
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