martes, octubre 15, 2013

FÚTBOL BASURA

JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
octubre 2012




Un gol espectacular no puede ser el pretexto para activar la amnesia y olvidar la mediocridad crónica que rodea al futbolito nacional, en su liga profesional pero sobre todo en lo que se refiere a la selección nacional que en cada eliminatoria se prodiga en decepcionar a sus seguidores.

Artistas del ya merito, televisoras, dueños, directivos, promotores, cuerpo técnico y onceava lerda, fomentan el futbol basura ante los malos equipos de la CONCACAF, porque lo más importante para ellos es “GANAR COMO SEA AUNQUE NO JUGUEMOS BONITO”. Y ahí están los mediocres resultados de siempre con la misma fórmula fallida que se aplica eliminatoria tras eliminatoria, mundial tras mundial: ofensiva raquítica, ineficaz e improductiva, indisciplina, falta de imaginación, creatividad ausente, sin pulso, invariabilidad y repetición, inmovilidad, pobreza técnica y un largo etcétera de miserias que hacen pensar en el peor fútbol llanero aunque bien pagado del que se tenga historia en el revolucionado fútbol moderno.

El juego del llamado tri depende únicamente de individualidades azarosas, dinero en exceso, paja y presunción, y por ello no puede más que desplegar en el campo de juego, líneas rudimentarias, traslados sin profundidad, impulso sin sentido, movilidad sin pies ni cabeza, ataques repetitivos, retención excesiva,  lateralidad como prótesis de ofensivas patizambas e insolvencia para definir a favor el marcador y luego sostenerlo sin renunciar al ataque. La estúpida idea de plantear en individual un juego que se define justo por su asociación, es igual a intentar ganar la fórmula uno con un caracol…  Pero lo peor viene cuando comprobamos que los jugadores contratados en Europa y el resto que participan en el torneo nacional, juegan con un ímpetu que se acerca peligrosamente a la narcolepsia. De ese modo se explica los abucheos de los espectadores que siempre están esperando por la mediación de un milagro, la reanimación de nuestro fútbol zombie. Coraje e inteligencia, pudor y decoro faltan en la onceava tricolor, sobrevalorada y empedernida de cinismo. Mitomanías aparte, las nuevas generaciones “triunfadoras” del tricolor adolecen de tamaños para salirse de su zona de confort y encarar su profesión con trabajo sistemático, metódico, ordenado., olvidándose de una vez por todas del cabaret, la bebida que corre a raudales y la dieta pantagruélica que se permiten con  obstinada indisciplina. No por nada en Europa sólo se les permite jugar de relevo, quince o veinte minutos a lo mucho, porque ese es todo el tiempo que puede durar un rendimiento basado en el dispendio y la molicie.

Ok. Fue un extraordinario gol del señorito Raúl Jiménez, pero los once de Vucetich –aunque sin responsabilidad de éste último-  sólo han sido capaces de jugar fútbol basura, vástago dilecto de la telebasura.                                      

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