THANK YOU FOR SMOKING
By Jorge
Antonio Díaz Miranda
VIERNES 28 de diciembre 2012
No es un
secreto que las poderosas corporaciones del tabaco, el alcohol y las armas,
invierten sumas multimillonarias para cuidar su imagen. Su compromiso social no
es más que un truco publicitario en el que colaboran expertos en el manejo de
la opinión pública, en el que, a partir de información tergiversada o parcial
intentan manipular la opinión pública justificando o legitimando su existencia
como males necesarios. Estos tres sectores aludidos generan proyectos de
desarrollo social en África subsahariana, centro América y Asia Meridional,
donde proyectan su éxito con visión y filosofía de
competitividad, responsabilidad social y orientación ecológica. Desde luego que
esto no deja de ser una enorme maquinaria de simulación al comparar la cantidad
de muertes que sus productos generan en esas zonas o bien las enfermedades que
en el corto y mediano plazo surgen en esas poblaciones, cuya demanda de sanidad
rebasa con mucho los recursos de sus gobiernos empobrecidos. Las
manifestaciones de cáncer, cirrosis hepática o de secuelas de heridas por armas
de fuego, en poblaciones que viven bajo el umbral de la pobreza extrema, suelen
tener una expresión agresiva y en la mayoría de las casos desembocará en
agonías dolorosas posteriores a dantescos
cuadros de abandono social. No obstante los matices incómodos, las
corporaciones del tabaco, el alcoholo y las armas incrementan año tras año su
presupuesto de asistencia social que eleva la eficacia de su presupuesto para
publicidad. No es desconocido que muchas corporaciones asociadas a los sectores
aludidos en estas líneas pasaron a ser desde la década de los 70´s del siglo
XX, el banco de los ecologistas, de los defensores de los derechos humanos (oh
paradoja¡), de los institutos y asociaciones que luchan contra el cáncer o las
enfermedades hepáticas. Esta subcultura de la “responsabilidad social de las
empresas” puede ser incluida sin discusión en lo que los sociólogos
anglosajones denominan spin culture, la cual se caracteriza por la
intención manifiesta o latente de manipular la opinión pública a través de
información parcial o tergiversada. Este término fue acuñado en la segunda
mitad del siglo XX cuando los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña,
principalmente, emplearon aparatos de propaganda para obtener la aprobación de
la opinión pública en llevar a cabo guerras en Asia Meridional y Oriente Medio,
bajo el pretexto de “defender al mundo libre de la sombra de la opresión y
oscuros poderes malvados”. Para sostener el contexto justificativo de sus
acciones, los gobiernos incorporan a profesionales de la opinión pública y se
apropian de los espacios masivos de la televisión, la radio y los medios
impresos, para crear verdaderos púlpitos de pontificación y guía. Además, crean
grupos especiales de presión o Lobbys
que operan directamente en las cámaras de representantes, para amortiguar la
oposición o de plano suprimirla, mediante sobornos, costosos regalos o viajes. Este
contexto entreteje intereses privados con decisiones públicas y la manipulación
informativa borra cualquier frontera entre estos ámbitos, constituyéndose así
un ataque frontal contra la democracia, envileciendo su expresión y
corrompiendo su mandato público.
Este es el
centro temático de la película Gracias
por fumar, en la de forma magistral Aaron Eckhart encarna a Nick Naylor, el
portavoz más exitoso de Big Tobbacco, instituto que defiende los derechos de
las corporaciones del cigarro y los de sus usuarios, en medio de un contexto
social polarizado por el neopuritanismo republicano. Ahí donde los trasiegos de
millones de dólares corre mezclándose con la espesa cauda de los hilos del
poder político, el capitalismo de cuates prospera y se hace fuerte, de modo que
el imperio de la ley se impone con algunas excepciones y tratos preferentes. La película está basada en la novela hómonima de Christopher Buckley, mejor conocido como el redacvtor en jefe de los discursos de George H. W. BUsh, y por sus colaboraciones de sátira política en revistas como Vogue, The New Yorker Magazine y Vanity Fair y otras.
THANK YOU FOR SMOKING (2005)
Dirección: Jason Reitman.País: USA.Año: 2006.Duración: 92 min.Género: Comedia.
Interpretación: Aaron Eckhart (Nick Naylor), Maria Bello (Polly Bailey), Cameron Bright (Joey Naylor), Adam Brody (Jack Bein), Sam Elliott (Lorne Lutch), Katie Holmes (Heather Holloway), David Koechner (Bobby Jay Bliss), Rob Lowe (Jeff Megall), William H. Macy (Senador Finistirre), J.K. Simmons (B.R.), Robert Duvall (Doak Boykin).Guión: Jason Reitman; basado en la novela de Christopher Buckley.Producción: David O. Sacks.Música: Rolfe Kent.
Fotografía: James Whitaker.Montaje: Dana E. Glauberman.Diseño de producción: Steve Saklad.Vestuario: Danny Glicker.
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