sábado, junio 02, 2012

YO SOY 132. SENTIDO Y VIGENCIA DE LA PRIMAVERA MEXICANA. ALGUNOS ESBOZOS.


De acuerdo a las estimaciones del IFE, el 30% del padrón electoral está conformado por los jóvenes. Declaración que parece formar parte de la colección de argumentos para fundamentar el ninguneo y garantizar al junior EPN que ni siquiera los vientos inmoderados de la primavera mexicana despeinaran su copete artificial. La estadística siempre será susceptible de maquillaje y acomodamiento, de manipulación y manejo conveniente porque es un artefacto humano de racionalidad sistémica pero artificiosa: las matemáticas también son escritas por los vencedores. Pero más allá de cualquier teoría de la sospecha, el movimiento estudiantil yo soy el #132 está lejos de ser orgánico, compacto y unificado, por la sencilla razón de que el microcosmos de las universidades públicas no son mosaicos homogéneos ni unidimensionales, al contrario, conviven en sus campus visiones diversas e intereses que principian y finalizan en el contexto social que los contiene. Por ejemplo, la UdeG es de filiación conservadora y de derecha; la facultad de Derecho de la UNAM es por tradición priísta y por vocación filopanista; la UAEM con su nuevo rector Alejandro Vera es una entidad de filiación Derechista y proclive al gobernador Marco Adame Castillo; La BUAP, el TEC, el ITAM y la IBERO poseen fuertes lazos empresariales de centro-derecha con filiación de las corrientes priísta más cercanas a la derecha. Entonces, ni todo el movimiento es antipeñanietista, y no todo el movimiento es proclive a AMLO y algunos miembros por pertenencia a una clase social empresarial son simpatizantes de JVM. Así el estado de cosas  la primavera mexicana está lejos de poder ser etiquetada con una sola categoría ideológica.     

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