La errática y voluble política intervencionista norteamericana, cuyo único objetivo es el control energético de los yacimientos petroleros en oriente medio, ha encontrado opositores enconados como el libio Muammar al-Kadafi (que asumió el poder de facto de Libia 1969), el cual, fue de los primeros lideres árabes que se dieron cuenta de las falacias de la pax americana y el terrible costo de sometimiento y sangre que pagaría en conjunto el mundo árabe. Extinguida en el fango de la historia la égida colonialista británica - que huelga decirlo, se terminó por las dificultades financieras de la monarquía inglesa y la falta de presupuesto del ministerio de asuntos coloniales-, fue sustituida rápidamente por la tiranía de los monopsonios petroleros fuertemente vinculados con los Estados Unidos de Norteamérica. Esta nueva figura de colonialismo virtual alcanzó su cúspide de arbitrariedades durante el gobierno del conservador Ronald Reagan de 1981 a 1989. De hecho, fue en este negro período ultra conservador en USA que la guerra contra el terror se incuba y es incluida por los halcones del pentágono en una gran red estratégica de mentiras y propaganda, para elevar el gasto de defensa del pentágono a un estratosférico e irracional 200%, para impulsar la endeudada economía norteamericana con el mercado abierto de las armas. No olvidemos que Reagan y colaboradores llevan al colmo el delirio armamentista de los USA, hacia una risible política cinematográfica que predispone al público estadounidense para adoptar con naturalidad un paranoico escenario Star War Defense Misile System... por supuesto que detrás de la propaganda está la economía de guerra y la lucha por los mercados de armamento. Así, el cuarto capitalismo emerge de las sombras y se convierte en un pilar de la economía de los países más industrializados. En este contexto se entienden las pugnas que han dividido al mundo árabe y cuyos directos motivadores y beneficiarios son Estados Unidos y sus aliados. La oposición de países como Libia constituye la raíz del encono estadounidense y europeo, la razón última de por que se sobredimensionan la actual crisis social de Libia. La sombría eficacia y el lenguaje amenazante para el régimen de Kadafi no sorprenden pues la política exterior americana está llena de hipocresía y doble moral. No se extrañe pues que estas revueltas sean aprovechadas por Estados Unidos para derribar gobiernos indeseables y sacrificar al pueblo de Libia, ilustrando con fotografías sangrientas la represión de un gobierno acorralado por fuera, sancionado por bloqueos y embargos, que no se aplicaron nunca en los casos de Egipto, Turquía o Israel.
Jorge Antonio Díaz MIranda
Miércoles 23 de febrero de 2010.
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