jueves, febrero 12, 2009

USA VS MÉXICO: LA GUERRA FUE DE UN SÓLO LADO.

CRETOMATÍA DE TELEVISA
Reproducción sin afán de lucro sólo con fines informativos
BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2009
¡Oooh¡, hemos descubierto al enemigo: somos nosotros. Peter Senge

Columbus. 11 de febrero de 2009. En un desigual combate el portaviones USA arrolló una fragata mexicana que navegaba sin rumbo en las turbulentas aguas territoriales del vecino del norte. Fríos y calculadores los bombarderos norteamericanos F-116 del tipo Landon Donovan, se mantuvieron a la expectativa de los avances de las temerosas columnas tricolor, que más que avanzar se replegaban desordenadamente, dejando cuñas de extenso territorio por donde pasaron los arietes acorazados de marines que, en sólo dos ocasiones habilitaron la incursión indetectable -para los defensas mexicanos-, del bombardero Stealth F-117 del tipo Michael Bradley que fusiló al bocazas-blandengue Osvaldo Sánchez, quien por su parte hizo todo lo que pudo para ponerse en el blanco de la artillería de largo alcance del yanqui corps. Desde el frente de batalla y en los inicios del intercambio bélico, el batallón mexicano se vio pesado en su funcionamiento aunque ahora sí con líneas bien diferenciadas y sólidamente plantadas. Cada una de estas línea con puntos fijos, relevos, unidades de transición y traslado, lo que demostró avances en la concepción de tácticas móviles y estrategias de posición. Sin embargo las líneas se fueron desordenando por indisciplina y el aumento de la presión (a medio gas) que el enemigo ejercía, poniendo de manifiesto deficiencias de actitud, técnica, juego de conjunto, entendimiento, inteligencia y planeación, etc., todo lo cual, no es atribuible al cuerpo técnico sino a la temible cobardía, desatención y autocomplacencia que mostraron algunos combatientes venidos desde Europa, los cuales sólo se dedicaron a hacer el ridículo, regalar faltas y dejarse expulsar. Por cierto, el único al que se le vieron ganas, coraje y sacrificio fue a Leandro Augusto, incluso para cantar el Himno Nacional. La ausencia de Matías Vuoso fue significativa ante un inoperante Giovanni dos Santos y la inutilidad Omarcito “Puqueque” Bravo. Pavel Pardo, Osorio y Salcido, están desfondados físicamente, sin mencionar su flotante desatención. Del resto del equipo lo único que se puede decir es que producen muchas filigranas estériles, y en definitiva, siguen en la hostia de jugar horizontalmente en vez de verticalmente, y ello porque cuando tienen el balón en posesión las unidades no saben distribuirse, posicionarse ni relevarse con cambios de velocidad. De acuerdo a algunas fuentes informativas subsidiadas por el infausto canal de las estrellas (¿?), el problema de la saga mexicana reside en no saber reaccionar con solvencia ante jugadas de táctica fija que combinan juego aéreo, velocidad, explosión y contundencia. Opinión que está lastrada por una lógica elemental pues confunde la forma con el fondo. Porque lo que se vio es un problema sistémico de no saber cómo atacar. En nuestra opinión ese es el problema que hace que todo lo demás, como las pifias del árbitro, las condiciones del terreno de juego, el clima, la conjunción de los astros y los ascendentes zodiacales de los jugadores, sean intrascendentes pretextos para consumo de oligofrénicos. Ya sabemos que la prensa mexicana se va a deshacer en recursos retóricos para justificar el comportamiento de Rafita Márquez que ya reúne un grueso archivo de dislates y desajustes; quizá para dar voz a jugadores descerebrados que se llenaran la boca diciendo que no pasa nada que aún quedan muchos partidos por disputar.... No obstante lo anterior el problema seguirá por un largo rato y sin una solución a mediano plazo, o tal vez sí: que México no vaya al mundial de Sudáfrica para que de una vez por todas llegue el seso a los dirigentes para que saquen sus galeras fenicias del deporte y las televisoras dejen de copar los esfuerzos de los cuerpos técnicos por escoger realmente a los mejores y no a aquellos con un porte metrosexual. Pero lo que seguirá en lo inmediato es rasgarse las vestiduras por parte de la federación de dueños y tal vez incluso correr al sueco Eriksson, quien no es responsable por el cúmulo de mediocridad del balompié mexicano.

1 comentario:

Edgar López dijo...

¿Porte metrosexual?, ja, ja.

La patada karateca de Rafita se llevo el partido, igual que cuando metio la mano con Portugal en el mundial o cuando...

¿Ya son muchas no?