lunes, febrero 23, 2009

EL VALS BÉLICO DE LA EXTREMA DERECHA EN ISRAEL

by JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2009
El puño de hierro de Dios. El temor es tomar una posición a ciegas y a ciegas elegir entre el miedo al enemigo o que el enemigo tenga miedo. El pueblo de Israel ha elegido entre la derecha y la extrema derecha, maniatado, cegado y amordazado por el temor que les ha inducido su propiuo gobierno. El Estado Judío asestó a sus ciudadanos golpes de ideológico Krav Maga político y aniquiló la racionalidad y la mesura del vasto y cosmopolita horizonte social. El poder adquirido de esa manera dota de posibilidades reales la instalación de una dictadura de largo plazo cuyo argumento legitimador será la paranoía de sus ciudadanos. Así lo demuestra el ascenso del fascismo y el estalinismo en Europa en la primera mitad del siglo XX, los capítulos más recientes de elección auto impuesta en los períodos negros de las dictaduras sudamericanas, los períodos belicistas de Estados Unidos con Ronald Reagan y la nefasta familia Bush, o bien el realismo sangriento de las pugnas nacionalistas en los Balcanes. Realmente, uno esperaría que, en sociedades avanzadas por su grado de preparación educativa, desarrollo tecnológico y memoria histórica, se levantarían verdaderos obstáculos al asalto del poder, por parte de grupos de intereses oligárquicos bien definidos. Pero incluso en el caso de Israel la expectativa positiva no se cumplió, porque el uso del miedo como efectiva propaganda política no parece tener fin. Con todo y la amenaza de inofensivos cohetes y los fantasmas de Siria e Irán rondando las atribuladas mentes de la clase media de Israel, lo cierto es que el Estado Sionista ha alcanzado hoy otro peldaño más en sus planes largamente concebidos de belicismo total en la región, cuyo primer objetivo explícito es Gaza empleada como un laboratorio de destrucción. Aunque el mensaje está claro desde hace décadas: Israel arrasará a sus enemigos con el apoyo implícito de los Estados Unidos. En esta escalada estratégica, Israel cuenta con la corrupción de Egipto y Turquía como un mal necesario de conveniente de pura complicidad, que si bien sigue rehusándose a un apoyo total de la penetración estadounidense en la zona, en el mediano plazo estas dos naciones no serán obstáculo para abrir frentes más amplios quizá hacia Irán, Siria, el Kurdistán o incluso Paquistán. En esto ayudará el desequilibrio y la locura de los ultranacionalistas judíos, el empuje de las grandes empresas petroleras estadounidenses y británicas, la densa red de intereses financieros para explotar los últimos grandes yacimientos de hidrocarburos.

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