lunes, febrero 09, 2009

LOS SEGREGADOS, LOS LOCOS Y LA ARQUITECTURA

BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2009

De las ruinas del simbólismo gótico proviene la imagen del barco de locos que se afianza en el horizonte basto del Renacimiento, con amplias atribuciones gressu retrogrado estacionadas en la insensatez, entendida como extravío de la fe como ausencia del alma. El silencio obstinado en que van quedando las figuras de la otredad abre paso a la totalización descriptiva y a la síntesis gregaria en el dicto de la orfebrería pre-médica, la cual, desde todos los ángulos está de acuerdo en incinerar el pasto del infierno para proteger ek rebaño de peligrosas ovejas descarriadas. Sin embargo el sentido de esta exclusión y el método en que se lleva a cabo proviene de más atrás, Michel Foucault la sitúa en el medioevo de la alta edad media látina en los lepreosarios. La ciencia médica se inaugura ahí con todos sus dispositivos de control epidémica, asistencial, aséptica, alienante e iatrogénica (Véase el Volúmen 1 de su fascinante Historia de la Locura en la Época Clásica, sobre todo el capítulo 1 Stultifera Navis). Asociado a este "sentido" de exclusión-discriminación, se desarrolla de forma paralela un concepto de espacio específico que imita como speculum nobis el claustro de los monasterios donde los monjes y novicios se alojan en celdas, y el padre común, el Abad, conoce de todos, a través del sacramento de la confesión, los más oscuros rincones de las mentes atormetadas por el precepto del autosacrificio. Esta cualidad adherida al espacio obliga, bajo ciertas circunstancias, a disponer la distribución y sobre todo la concentración arquitécnica alrededor de un punto concéntrico, desde el cual se pueda tener una visión ecúmenica de los pecados en sus distintas clases, efectos y manifestaciones.

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