viernes, noviembre 14, 2008

¡DIOSITO¡

BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2008
¡Diósito¡. Versiones compuestas que cambian de una semana a otra. Declaraciones que van adelante de la investigación pericial. Intervenciones desafortunadas del embajador de los Estados Unidos Tony Garza. Afirmaciones contundentes y posteriores desmentidos. Versiones panistas que admiten lo que el presidente Felipe Calderón Niega. Un ambiente creciente de confrontación social. Golpes espectaculares contra bastiones financieros y peces gordos del narco. Rumores cada vez más álgidos de la colusión del Secretario de Seguridad Pública con el cártel de los Beltrán Leyva, de tal magnitud que en los círculos periodísticos ya se habla del nuevo Mega cártel de las policías. Consignación y arraigo contra ex zares de la droga y mandos importantes de la PGR. ¡Diósito¡. Cuántos detalles de información ha ido filtrando involuntariamente el solemne Secretario Téllez que apuntan en dirección contraria a la hipótesis del desafortunado accidente. Descuidos en los protocolos de seguridad preventiva concernientes al resguardo de un Secretario de Estado, en medios de una guerra frontal contra narcotraficantes que ya han demostrado su capacidad de penetración en las esferas de la alta burocracia felipista. Manejo improvisado, oscuros y discrecional de una aeronave destinada a una dependencia federal de primer orden. Bitácoras de vuelo sin registros fidedignos. Mantenimiento técnico sin criterios claros de asignación a una empresa privada. Piloto responsable sin una acreditación estricta y con menor cantidad de horas de vuelo que el copiloto, con decisiones tardías, desconocimiento de los instrumentos de vuelo del LearJet, lenguaje limitado y proclividad al pánico. Una hipótesis de supuestas turbulencias que no se sostiene por un helicóptero que nadie sabe de quien es, el cual no fue afectado por este fenómeno. Un viraje violento de trayectoria y la vertiginosa pérdida de altura en picada con la nariz del jet apuntando hacia tierra, con una velocidad de 500 km por hora; que hacen pensar en un sabotaje tecnológico-digital contra los instrumentos de navegación electrónica que controlan el sistema de flats.
¡Diosito¡. Cuánta simulación e hipocresía en un funeral de Estado. Lejos de honrar y enaltecer, la saturación de elogios, lugares comunes y sentimentalismo puso de manifiesto la superficialidad, la parafernalia hueca y el vacío de ideas del titular del Ejecutivo Federal. En vez de montar una reflexión sería sobre trechos avanzados y nuevos rumbos, Felipe Calderón optó una vez más por el cinismo y el chantaje político. La repetición mediática ad nauseam abusó de un espacio de interés social para manipular y desinformar, para encubrir, para mentir, para imponer la versión oficial del héroe caído en lugar de la del político que traficaba con influencias para beneficio del emporio familiar. Cuánta debilidad estructural existe en el gobierno federal para resucitar a un abogado que nada ve de raro en coligar funciones públicas con el crecimiento de su caudal privado. Cuánta ceguera hay en el Presidente para seguir por un ruta que aumentará el riesgo de colisión social.
¡Diosito¡. La tormenta económica ya está encima. Y aquí siguen diciendo que no pasará nada. Felipe Calderón no tiene mejor idea que invocar el Sermón de la Montaña demostrando con ello su capacidad de evasión de la realidad vía la religión. Ese gesto en su contexto histórico anuncia una posición sesgada hacia la doctrina, el sectarismo y el totalitarismo ideológico que, en aras de una bandera de la divinidad se impondrá la pura sinrazón. Quiere decir, tal vez, el inicio de una nueva cristiada contra él malévolo eje del mal de la sociedad narca, que necesitará sacrificios y nuevos mártires del lado de los que siempre se inmolan y se sacrifican, es decir los jodidos. Con su alusión religiosa Felipe Calderón nos anuncia el inicio del mesianismo de Estado que impondrá la fe a sangre y fuego.

No hay comentarios.: