LA PELIGROSA SORDERA DEL PRESIDENTE

BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA MARZO 2009 Distintas fuentes acreditadas disienten con el optimismo de Felipe Calderón. Estados Unidos considera que le violencia con que han respondido los cárteles del narco ha desbordado al gobierno, poniendo en peligro las poblaciones aledañas a la frontera del lado estadounidense. El diario El País de España resta crédito a la apreciación de los altos funcionarios de la SG, Defensa Nacional, PGR y SSP, pues la descoordinación entre estás instancias de máximo nivel del gobierno calderónico, ha significado en los hechos ineficiencia, simulación y corrupción, que han dejado prácticamente intocada la estructura financiera de los cárteles. Por su parte el escritor italiano Roberto Saviano, quien se especializa en temas concernientes a la Camorra Italiana, ha señalado que el gobierno mexicano se tardó en atacar a los cárteles dejándolos crecer y expandirse hacia otros países como Italia y Estados Unidos, por consiguiente ahora su poder rebasa la capacidad del Estado. En Argentina hay una apreciación parecida, el diario El Clarín señala lo poco que se ha conseguido a pesar del despliegue de 45 mil soldados y de los millones de dólares que se han requisado de las organizaciones criminales. Quizá lo más significativo de las reacciones del gobierno de Calderón ante las apreciaciones del extranjero, sean las pataletas y berrinches presidenciales en los foros más distinguidos de la realeza británica, al negar la posibilidad de las operaciones militares conjuntas con el gobierno estadounidense, y ello a pesar del tono elevado del presidente Obama y la cercana visita del mandatario norteamericano que parece, no está dispuesto a cambiar ni un ápice su apreciación sobre la situación de México. En este horizonte de percepciones, dimes y diretes de funcionarios mexicanos, diputados falsamente patrioteros y presidente contrariado, se perfila un caos mayor del que actualmente existe, pues en verdad al narco le han crecido y mucho los brazos y a partir de esta hora no sólo está en peligro soldados y efectivos policiales, pues bien podría ser que a los señores de la droga se les ocurra atentar contra núcleos urbanos civiles para obligar a la ciudadanía a presionar al gobierno que saque al ejército de las calles. En alguna ocasión Julio Hernández del periódico La Jornada manifestó a propósito del atentado con granadas en Morelia Michoacán durante las fiestas patrias de 2008, que el atentado no se inscribía en el modus operandi de los cárteles pues estos se habían caracterizado por años en presentarse ante el pueblo como benefactores sociales. Sin embargo esto puede cambiar de un día para otro si es que el gobierno norteamericano presiona hasta el punto en que se afecten los flujos de dinero, armas y trasiego de drogas. ¿Se han imaginado ustedes distinguidos lectores, atentados del narco en instalaciones de PEMEX, estadios de Fútbol, el metro de la Ciudad de México en horas pico, escuelas y universidades, supermercados, microbuses o trenes ligeros? Lo cierto es que el mínimo Estado Mexicano que nos gobierna, trinquetero, deslegitimado de origen con su 0.56% de votos y corrupto impulsor de negocios Mouriño-TellezCarlyle, no está preparado para enfrentar una lucha terrorista que incluya cualquiera de estos elementos incendiarios. Así que, la ciudadanía deberá prepararse para cualquiera de estos golpes dolorosos que, al igual que en Colombia, dejará maltrecho y sin futuro a estratos semi marginados o marginados del tejido social, en favor de los que siempre ganan con el caos y las pifias intencionales de gobiernos falsamente representativos.