sábado, mayo 02, 2009

YO NO ME SALVO


FOTOGRAFÍA Y COMPOSICIÓN DE COLOR BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA (2006)
YO NO ME SALVO BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
MAYO 2009
Lo único que yo podía hacer era regresar. Nadie me esperaba. La casa de construcción antigua de mis padres estaba abandonada y ni los perros que ellos dejaron, se quedaron a resguardar la soledad. Podía haber regresado desde hace años pero la verdad es que no quería. La sola idea de regresar al pueblo me lastimaba porque nunca hubo nada que me ligara a la tierra, ni el cielo, ni los amaneceres, ni las montañas, ni ninguna mujer… es cierto que despertaba allá y quería estar aquí, y ahora despierto aquí y quiero estar en otro lado. No hablo con nadie, nadie me conoce y yo no conozco a nadie. Paso las horas de estos días extraños sentado en el umbral del pretil, a contemplar cómo el viento mueve el inmenso rosal que plantó mamá cuando yo era un chamaco. Ya no me acuerdo de su rostro. A veces en sueños me llega el sonido de una voz, como un murmullo apagado, como una antigua canción, quizá los versos de una oración que mamá nos enseñó hace tanto tiempo que ya ni podría decir cuando. A veces me gusta subir a lo alto de la montaña y desde ahí mirar el horizonte buscando algo familiar, buscando desesperado lo que por alguna razón no puedo recordar. He puesto los papeles de mi padre en orden, los papeles de su tierra, de sus vacas y de las pocas pertenencias que tuvo en vida, además de la pobreza que se quedó hasta el último momento vital de su recia sangre. Todo se lo he dejado a mi hermana la menor, para que ella y sus hijos puedan comenzar de nuevo, una vida de días más amables, de tardes sin zozobra y noches de calma. Tengo prisa de marcharme aunque no se ni adonde. La tierra ya no está bajo mis pies y persigo sin saber el contorno interminable de sombras que se extienden delante de mis ojos. Es tarde para quedarme en alguna parte, sólo veo dentro de mi, lodo de cementerio… y a veces escucho un gran rumor de aguas en movimiento, murallas líquidas que se mueven una tras chocando contra rocas afiladas. Mi madrina dice que es el mar, aunque yo nunca lo he visto. Ella me dice que estoy embrujado y yo le creo, pero la verdad no me importa.

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