JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2008
Soñé ciudades inmensas y plazas fulgurantes
yo caminaba bajo una lluvia fina
a prisa, por callejones oscuros
y grises murallas, buscando
la fragancia de tu estío.
Soñé que despertaba hacía el atardecer
ardiente de un trópico húmedo
la sal impregnaba mis labios
y la humedad transpiraba de mi cuerpo
mientras tu a mi lado
mirabas absorta el azul del océano.
Soñé tu cabello humectado como heno...
tus ojos profundos, tus manos, tus pechos
tu voz de sirena, tu cuerpo de fina gacela
tus piernas pulidas como mármol etéreo...
sobre la cama de la noche con su cortina de estrellas.
Soñé castillos oscuros y montañas de terror
faunos y erinas, lammias y anfisbenas
criaturas lascivas, voraces, perversas,
danzando en medio de un incendio
como mariposas de ceniza.
Soñé que dormías, soñé que dormía
pero tu cuerpo se agitaba inquieto
encima del mío, debajo, a los lados
y algo murmurabas que yo no entendía
tal vez un secreto, quizá una herejía.
Luego te quedaste quieta,
extendida, relajada, como un mar en calma
como la noche de la bahía
en silencio,
tan quieta como una crisálida.
Soñé con una noche de luna
en medio del mar
sobre un navío blanco
hacía lejanas islas de misterios sombríos
donde encontraría algo para encontrarme.
Soñé la brisa de tu cuerpo, su sal y su espuma
sus costas sinuosas, sus olas galopantes
sus violentas mareas, marejadas y turbulencias,
soñé los rincones pluviales de tu pubis, sus manglares,
sus lagartos, su gruta marmórea de estalagmitas.
Soñé tus besos, soñé un mundo desconocido,
soñé tus ojos, soñé estos versos,
soñé que soñaba con unas islas
soñé palmeras, soñé el murmullo de estrellas
soñé la voz del mar, soñé su piel de espuma, soñé su coral adamantino.
2 comentarios:
Algo se asoma en tus sueños,
Es la nostalgia del mar,
El mar que se agita en tu cuerpo:
La textura de un crustáceo,
Que se ablanda con los besos,
De una sirena marina.
Blanca espuma,
Arena dorada,
Algas verdes,
Pájaros rojos,
Una sinfonía de colores
Concentrados en tus pupilas,
Esta es la realidad
Del sueño que vives
Cuando te dejas amar.
Deja que la marea te arrastre,
Deja que la vida te sorprenda,
Deja que el mar en mis ojos
Te lleve a otras costas
Déjate amar…
…Y el mar será tuyo.
Dime, ¿qué son los sueños?... ¿Nuestra realidad alterna, un deseo, un recuerdo, una inquietud, un presagio, una mentira, un secreto, laberinto de lo incierto o tan sólo nuestra vida? ¿Será acaso el amor, remembranza de una noche, la constancia de sus besos o la simple comunión de mi alma y su mirada? Sinestecia me pareció un poema bello, hecho de amor y de mar, de crepúsculo y misterio, de quimera y verdad, y al leerlo me devuelve al encanto y el camino de la poesía.
Saludos.
Maribel.
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