lunes, abril 07, 2008

LA TONALIDAD DE UNA MADRE EN LLAMAS



LA TONALIDAD DE UNA MADRE EN LLAMAS
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2008
Siete composiciones distintas entre sí conforman una imagen peculiar, inédita, fuera de toda norma y convención: espejo fragmentado para un espíritu atormentado que mira el borde del vacío, atenazado por la melancolía y el perverso eterno retorno de la fatalidad. Polifonía fragmentaria oriunda de una tierra de nadie, la música justa para una frontera imaginaria de naciones en guerra, la tonalidad objetiva para ríos gélidos que corren a lo largo de incontables leguas atravesando bosques fantasmales o pueblos desolados que flotan suavemente en la niebla. He aquí un disco entrañable, producto de nuestro tiempo pero a su vez música gestada en el realismo trágico de una tradición que se mantiene. Una muestra de la rica y profunda tradición oral del folcklor eslovaco en cuanto a motivos y tropos literarios se refiere, y, en cuanto a lo musical una muestra magistral de la composición tonal que emerge en los países del este europeo. Voz y cuerdas, coros y viento, en una fusión de paganismo y sacralidad ortodoxa. Un poema hecho música y siete movimientos que acompañan los versos en distintos momentos, paisajes, entornos y estaciones. a la manera de Bartok todas los movimientos se sostienen de la tensión, de la angustia, de la certeza despiadada de un destino oscuro...pero en el fondo unas cuantas notas persistentes con referencias malherianas subrayan intencionalmente una pálida esperanza: la figura que se levanta en medio de la destrucción, la madre que desde la iconografía de la iglesia ortodoxa (Siglo X) simboliza la protección, el consuelo, el renacimiento, la redención, el perdón y la ternura. La cantata compuesta por Vladimir Gódar (Bratislava, 1956) trasluce en cada uno de sus siete movimientos intensidad lírica. Mater compuesta de anacronismos barrocos y renacentistas, y sin embargo tan inconfundible en su modernidad tal vez por su desencanto reflexivo y su desarraigo. Cualquier lector atento al nuevo testamento estará de acuerdo que en el madero no sólo fue sacrificado el hijo del hombre, tambien el alma de María fue martirizada y aniquilada, y lo peor fué seguir viviendo a pesar del hijo muerto: una especie de penitencia multiplicada por el número de hijos que una madre trae al mundo:
Swing-swang
swing-swang
swing-swang,
the cat has fallen from the loft
and the tomcat from the hearth
little john is sleeping now.


Hushaby, hushaby
mama´s not at home
she´s gone to gather raspberries
she´s fallen down the vallery.

Rock-a-bye, rock-a-bye
wolves ate the ram
and dogs ate the sheep
sleep, marinda, sleep.

Hushaby hushaby
I will rock you
when you´re asleep i will leave you
covering you with a quilt
walking down the valley alone.

Hushaby, my sick baby
you´re coming near a cemetery
the cemetery on the hill
has a small vallery dug for you.

Lull, lull,lull, lull
my litle white angel
do not fly away
to that black land.

Go to sleep
grow up a big boy
big as your mom, white as lily.

Go to sleep, go to sleep
go to sleep, go to sleep
at least for one little dream
an angel from heaven
will come and rock you.

Fall asleep
fall asleep
you will go in the morning
to pasture white geese
on the green grass.

My head is aching
half of my heart
too it´s your fault
Johnny a grey dove.


Vladimír Godár recoge los distintos ecos del pasado eslovaco para mostrarnos un esbozo unificado de dolor, una sola perspectiva del folklor local con el itinerario único de varias estaciones, sin embargo no sugiere ninguna continuidad histórica: los períodos que se ilustran son en sí el registro de rupturas, es decir épocas truncadas por las múltiples emigraciones, invasiones, guerras, que el pueblo eslovaco ha padecido en distintos siglos. Quizá la mejor redención a la que un pueblo puede aspirar es incorporar lo mejor que otras culturas le ha dejado y en el caso de la música lo mejor de la herencia extranjera ha coloreado de sacralidad el profundo sentir pagano de Eslovaquia. Godár ha forjado una moderna disiecta membra o ars apocalíptica para voces, coros e instrumentos de cuerda. Más allá del avant gard, está la viscosa frontera de la vesania, el nihilismo y la negación perpetua, es decir la poética del olvido. Pero justo como reacción contrapuesta a la nada aún nos queda el recurso de la memoria para recrear los mundos posibles.




Vladimír Godár
Mater

Musicians:
Iva Bittová voice
Miloš Valent violin, viola
Chamber orchestra Solamente Naturali Bratislava conservatory choir Dušan Bill choirmaster
Marek Štryncl conductor

Songs:
Maykomashmalon (2005)for female voice, viola and violoncello (sung in Yiddish)
Magnificat (2003)for female voice, choir, string orchestra and harp (sung in Slovak)
Luspávanky (Lullabies) (2001/03)for female voice, two violins, two violas and violoncello
(sung in Slovak)
Ecce puer (1997)for female voice, two violins, viola, double-bass, harp, chitarrone and harpsichord (James Joyce, sung in English)
Stálá Matka (Stabat Mater) (2001)for alto, violin and chamber orchestra (sung in Slovak)
Regina coeli (2003)for female voice, violin, choir and chamber orchestra (sung in Latin)Maykomashmalon (2005)for female voice, viola and violoncello (sung in Yiddish)

ECM New Series 1985
Recorded September 2005

No hay comentarios.: