BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
NOVIEMBRE DE 2012
Quizá
se trate de uno de los mejores libros periodísticos sobre la era Berlusconi, el
fresco más completo del hombre que con su delirio de grandeza convirtió a
Italia en la utopía satírica del homo
videns. El larguísimo happenning
cabaretero de Silvio fue una sucesión grotesca de escándalos sexuales, opresiva
imposición del gobierno bunga bunga, mientras
la economía del país se desplomaba y la bancarrota de las finanzas públicas se
convertía en una ominosa realidad. La crisis financiera de 2010 adelantó la
cruda del poderoso gobernante que sustituyó la vida democrática de la república
por el espectáculo televisado que engulló la vida pública y sustituyó
alegremente la compleja realidad
multinacional y multirregional del país por un desfile de belleza
artificial. Las vagas alusiones
parlamentarias a los problemas sociales del sur de Italia, fueron pretexto para
que el engominado cavalieri confeccionara chisteras y ocurrencias de mal gusto,
burlas y juegos de palabras, que relegaron a la política y pusieron en el
centro lo marginal, el sofisma y la vulgaridad. Tras el fracaso de Prodi, la
clase interpretante de italiana anunció un largo receso analítico, mientras la lega norte se movilizaba con todo su empuje
industrioso y financiero para saltar al poder y apoderarse del país como si de
un botín se tratase. El nacionalismo y la Italia unida fueron los argumentos
con los que los conservadores del norte convencieron a una sociedad educada e
informada, pero dividida e inoperante. La involuntaria colaboración de los
radicales bafan, nihilistas full time y con sobredosis contestataria,
hicieron las delicias para que se hiciera posible un nuevo ciclo de pan y
circo, procaz itinerario de hendiduras,
tetas y nalgas, entresacadas de la cinematografía de un Tinto Brass o del
último y delirante Federico Fellini. La política fue sustituida por los
determinantes denigrantes del fellatio y la puñeta, la orgía y la bacanal, la buena mesa y los vinos de
importación, las rayas de coca y la champaña; la epifanía de la clases
dominantes en el burlesque, putero o burdel de la humillada Italia. El libro de Alexander Stille es a final de cuentas toda una revelación y sostiene el argumento de que lo que
sigue en el futuro inmediato y un poco más lejano de Italia, será de pronóstico
reservado por el profundo retroceso y polarización social, que dejaron al país
en ruinas y parálisis democrática, aleccionándonos de que aún la cuna del pensamiento
político de la civilización occidental - con grandes luminarias intelectuales
como Umberto Eco, Claudio Magris, Norberto Bobbio, Giovanni Sartori, Luigi
Ferragioli o Michelangelo Bovero-, está a merced de los mercenarios de la
antidemocracia y la antipolítica, peste moderna que erosiona y reduce a
escombros los fundamentos de la democracia y el estado de Derecho.
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