La tesitura de una voz inolvidable, llena de talento, feeling, vibratto y tensión estremecedora. Lástima que decidió volarse el cráneo cuando su alma perdió la batalla contra el infierno. Que divertido ha de ser cantar en tu propio funeral respondiendo con caustico humor a dónde irás después de ingerir una malteada mezclada con alcohol, heroína y plomo expansivo: "a la mierda mundo, a la mierda familia, a la mierda tío Sam y su complejo militar industrial, a la mierda todos los lameculos gays reaganianos, bushianos, soldiers maricas, ratas de Wall Street y comparsa, sin dejar de mandar al mismo lugar a todos los comemierda de la national rifle association y los hijos de puta vaqueros-saurderos-leñadores -folks de la supremacía blanca que los acompañan...es decir, todos los que hacen del american way of life un alucine de auto humillación y miseria".
Punto y a parte, se trata de un sentido homenaje a la banda seminal de rock garage the Meat Puppets, en la época del entrañable Curt Kirkwood.
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