Para este fin de semana, a las amables lectoras dejamos un pequeño legajo musical, para que, sin culpa alguna, incurran en la fidelidad de cuerpo, alma y pensamiento. La droga se llama endorfina con los fines acordes de un bajo de dos cuerdas, un par de saxofones y una batería, en la ejecución de una música sensual y ritmo bamboleante. Morphine es el fuego de la tentación.
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