sobre la dura roca de flores petréas emerge la belleza de Troya.
Dos hetairas mistrales sobre el palio tibio de lava extinguida .
Mientras las olas braman con sus tigres de espuma.
Cuerpos hermosos con sus pétalos marmóreos abiertos al rocío.
Como un templo pagano dedicado al humo de Dioniso.
Dos hetairas durmiendo en una tarde mítica.
Insólita visión de la dualidad del amor: la calma y el deseo.
Estro encendido sobre playas húmedas de ámbar herido.
BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA 2008
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