JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
31/03/2012
La película del bosnio Danis Tanovic No Man´s Land (2001) ilustra con sobria elocuencia lo que en su día Noam Chomsky identificó como The New Military Humanism,un eufemismo creado por los estrategas de Washington para legitimar la hipocresía de la Pax Americana. Hipocresía que dotaba de armas a Turquía para realizar limpieza Étnica de los Kurdos y al mismo tiempo bombardeaba a los serbios para detener la limpieza étnica que llevaban a cabo en Bosnia-Herzagovina, Kosovo, Montenegro, Croacia, Macedonia, Gbranika y Eslovenia. La película se úbica en el desmadre de la desintegración yugoslava, en las líneas serbias y bosnias en un territorio en disputa identificado por los cascos azules de la ONU como Tierra de Nadie. Justo Ahí se dan cita los peores vicios de la humanidad como en toda guerra moderna (en la que se incluyen las dos guerras del golfo, Chechenia, Georgia y la más reciente versión de asalto a Afganistán), en donde el honor del guerrero es un anacronismo romántico rebasado por la necesidad de la masacre como requisito de supremacía del New World Order(inaugurado por Ronald Reagan). La historia moderna a partir del siglo XX es la historia de la evolución tecnológica (Drones habemus) aplicada al arte de la guerra,con guiños descarados almercado, por consiguiente, todo escenario real es un escaparate potencial o arena de combate para los fabricantes de armas que quieren colocar sus productos en los mejores mercados financieros. En ese sentido,la guerra de Yugoslavia también fue empleda para eso, donde nuevos sistemas mostraron su eficacia, en detrimento de la ONU y la Cruz Roja Internacional que fueron cómplices de piedra en la carnicería Étnica. Lo más significativo por su descarada deshumanización, más allá de las violaciones, los asesinatos de niños y mujeres y los abusos militares, fue la aparición de las minas antipersonales SR de fabricación estadounidense capaces de hacer volar cascos de hierro en un radio de hasta 30 metros,lo cual, escaló la barbarie a niveles de crueldad sin precedente entre los bandos en conflicto. La última parte de este film muestra los apuros de los altos generales Cascos Azules para enfrentar situaciones de crisis, simulando rescates humanitarios y acallando con el asesinato las verdades incómodas sobre desorganización, parálisis operativa y burocracia. Vale la pena volver a esta película y revisar a la luz de los años que fue lo que realmente pasó en Yugoslavia con la complicidad de la hipocresía, el tráfico de armas y la manipulación comunicativa de los mass media.
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