miércoles, octubre 12, 2011

LAS LECCIONES DE BRASIL

Las lecciones son siempre las mismas cuando la selección nacional de futbol se enfrenta a los grandes, aunque, no necesariamente, por repetirse, se acaba en un aprendizaje que modifique cualitativamente la forma en que los once de México jueguen. Tantas veces se ha insistido en lo que sigue. No puedes salir ante Brasil planteando un esquema táctico tímido, medroso, apocado. Luego, si atacas y consigues por fortuna un gol temprano, no puedes, en lo sucesivo, ceder la media cancha, y, lo que es peor, no puedes atorgarle a Brasil el dominio del balón por la elemental razón de que ellos saben qué hacer con eso. Ahora bien, el que Brasil se mueva lento y a veces con demasiado traslado no significa que en un momento determinado sus lineas no vayan a desdoblarse y la singularidad brasileña, el sino de su genialidad, es que el desdoblamiento y la conexión de las distintas posiciones, para trasladar o distribuir el balón, se realiza a una velocidad de vértigo con un intención abiertamente ofensiva. Aún cayéndose o en una jugada de táctica fija, los brasileños juegan en el límite donde todos los demás fallan, por eso no puedes otorgarle la media cancha si pelear, sin acosar, sin presión, sin movilidad. La derrota ante Brasil desnuda una vez más la chapucería del futbolitito nacional y el eterno estado larvario que solo alcanza para ganar los torneos llaneros de CONCACAF.

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