UNA ESPECIE DE JUSTICIA AL SENTIDO COMÚN
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Lunes 23 de junio de 2014
Escribir con emoción es igual a renunciar al análisis. Dicho con pedantería o sin ella, esta peculiar petición de principio se presenta como un intento -algo fallido- de poner un dique a las frases huecas y centrarnos en the cold facts. Existe un notable avance deportivo en los once de Miguel Herrera, tanto fisico como mental, desde el momento en que saben cómo atacar. Lo cual se esbozó apenas con Camerún, se perfiló con Brasil y se desarrolló con Croacia. Adquirir estas variantes a la ofensiva con un ímpetu ordenado y eficiente, ponen de manifiesto disciplina y concentración, dosificación y empuje. El dinamismo de las líneas aporta un despliegue rápido y una anticipación de opciones para clarificar el sentido y la resolución en la jugada definitiva. Con Croacia no hubo apresuramientos, la retención de la pelota, el barrido de observación y la elección de la opción de cuña -en sentido ofensivo y no al revés- para ganar una posición favorable, constituye un logro en términos tácticos que minimizó la sorpresa y velocidad del ataque croata. Las inercias como retener sin sentido la pelota, retrasarla, lateralizarla o tocar sin sentido de un compañero a otro sin mejorar la posición ofensiva o la insistencia de jugar sólo centrando al punto de penal para conectar con juego aéreo; han desaparecido del conjunto. Distribuir, relevarse, sumarse y desdoblar líneas, son recursos que México desarrolla para "reducir" la cancha y "controlar de forma modular" la posesión del balón. La distribución más pro activa permite desplegar de forma medida ofensivas de falange y de ariete que obligan al rival a disolver su contención y desgastar su muro defensivo. Ímpetu y tempestad, pavor y estremecimiento, son los adjetivos con los se puede caracterizar el "pico" de la escalada ofensiva mexicana. Sin embargo se debe insistir en intentar tiros de media distancia aprovechando la excelente forma física de Andrés Guardado, Miguel Herrera, Giovanni do Santos; y el excelente posteo que realizan Javier Hernández, Paul Aguilar y Rafael Márquez. La correcta lectura del técnico Miguel Herrera para no salir a especular con un empate conservador, es un triunfo de su visión y perspectiva, desplegando un principio de "incremento en el rendimiento de la ofensiva sin importar cuantas veces consiga llegar el rival". Buen triunfo, de mente, cuerpo y espíritu. La sufrida afición mexicana merece este triunfo después de décadas de estar esperando un desempeño brillante. De este modo se logra el pase más contundente a octavos. Viene Holanda y esta vez México si tiene argumentos para replicar a la poderosa Naranja Mecánica en los tiempos de los agresivos Robben y Van Persie. Se respira una especie de justicia al sentido común.
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