LA OTRA TIERRA PROMETIDA DE AMOS GITAI
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Junio 2014
Esta película de Amos Gitai me hizo recordar una idea que me surgió después de leer el libro Esclavas del Poder escrito por la valiente y admirada periodista Lidia Cacho: En Israel, la frontera entre las personas ortodoxas y las liberales es más álgida y tensa que en otros lados. La alteridad se funda en un sentido discriminatorio que hace posible tolerar la explotación sexual de mujeres y niñas pertenecientes a países o grupos sociales con otras creencias, religiones o raza. El contenido de la discriminación en esa sociedad patriarcal está saturado de sexismo y misoginia. Después de que el director israelí Gitai nos demoliera con el realismo brutal de su trilogía cinematográfica Kippur, Kadosh y Kedma, que desmitificaban la santidad de tierra santa (válgase la redundancia), vuelve en 2004 para sacar a la luz pública el problema de la prostitución en las principales ciudades de Israel: Haifa, Tel Aviv, Neblus, Jerusalén, la franja fronteriza y los los territorios ocupados de Palestina. Pese a que en Israel la prostitución se considera una practica ilegal y vergonzosa, esto no significa que no exista, por el contrario, el problema está sepultado oficialmente por capas y capas de hipocresía, doble moral y corrupción. Según la ONG para la Protección de Emergencia a Migrantes, en el período 1994-2014 ingresaron a Israel cerca de 8000 mujeres a través del Sinai (Egipto), y actualmente existen en ese país 20 mil prostitutas cuyos servicios son utilizados principalmente por el ejército israelí. Los visos de explotación en Israel son como en otras partes del mundo crueles e inhumanos lo que en 2004 llevó a SAWA/UNIFEM a caracterizarlo como una nueva forma de esclavismo de la mujeres. La razón de esta severa adjetivación reside en el hecho de que los traficantes, proxenetas (pimps) y usuarios (johns) obligan a las mujeres esclavas a mendigar por el dia y prostituirse por la noche. En el informe de SAWA/UNIFEM de 2004, titulado Trafficking and Forceded Prostitution of Palestinian Women and Girls: Form Modern Day Slavery, se describen en detalle estas prácticas de explotación esclavista de las mujeres y se denuncia la colusión de las autoridades policíacas y militares de Israel. En su película Gitai nos ilustra el submundo de la prostitución en Tel Haviv a dónde llegan mujeres de Europa del Este, letonas, albanesas, ucranianas, eslovacas, georgianas, etc., que huyendo de la guerra caen en manos de traficantes con los que quedan endeudados de por vida por el gasto del pasaje y la internación ilegal a Israel. La caída y disgregación del bloque soviético no significó nada más la desaparición ideológica del socialismo real, significó principalmente un éxodo masivo de grupos humanos que huyendo de la guerra y el terror del crimen organizado cayeron en manos de traficantes avezados. Como quien dice, cayeron de la sarten al plato. Esta es la realidad que nos muestra Gitai en los tiempos modernos de Israel, un inmenso cuartel donde los clubs militares nutren sus furores con la prostitución de mujeres extra nacionales.
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