Desde Edvard Munch el expresionismo se remonta a una reducción selectiva de perspectiva. El entorno no importa, la preeminencia corresponde al mensaje. El rostro es el código de referencia y su plasticidad configura la intensidad, el volúmen y el sentido de lo que pretende comunicar. El expresionismo es emoción en movimiento, una reacción pura ante el desorden de los sentidos...
Jorge Antonio Díaz Miranda
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