La guerra del terrorismo en el Perú duró veinte años, inicia en 1980 y termina -aparentemente- en el año 2000 con el descabezamiento del grupo Sendero Luminoso. De acuerdo a la Comisión de la Verdad y Reconciliación formada posterior al gobierno del patético Alberto Fujimori, murieron cerca de 70 mil peruanos de los cuales un 76% fueron campesinos indígenas Quechuas. Este es el saldo de la disputa sangrienta en la que se vieron involucrados por un lado Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, y por el otro lado el gobierno peruano. Coincidentemente el conflicto se desarrolla en un 70% en zonas rurales de sectores empobrecidos de la población en las cuales los enfrentamientos feroces no reportan heridos ni prisioneros, solo muertos y desaparecidos.
A grandes rasgos, lo anterior constituye el marco histórico-social que tiene como antecedente la película La Teta Asustada, escrita y dirigida por Claudia Llosa (2009). Conmovedora por su fuerza relatora y la intensa actuación de Magaly Solier en el papel de Fausta, la película se desarrolla en medio de vivencias post traumáticas que se transfiguran en dolor, música, poesía y desesperanza. diálogos convincentes y personajes coherentes nos van contando el drama de la vida en medio de un animismo moderado resabio del pasado indígena, y un extraño mal de ausencia de alma de los nacidos a las sombra del estupro...el miedo y la angustia que se trasmite como una herencia entre madre e hija y un pasado oscuro que siempre vuelve "en las alas de la muerte." El largometraje de Claudia Llosa ha recibido premios internacionales y reconocimientos académicos, y en esta ocasión eso está avalado por el talento desplegado en todos los aspectos del arte cinematográfico: fotografía, argumento, actuación y credibilidad.
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
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