El nuevo terror se alza sobre las ruinas de Chechenia. Ante los abusos militares del Estado ruso, Chechenia se radicaliza y atomiza sus unidades de combate. Las nuevas formaciones de tropas suicidas está compuesta por mujeres entre 15 y 20 años. Las niñas asesinas tienen en común contar, entre las víctimas de ésta guerra desigual que se libra en Chechenia, Ingushetia y Dagestán; con esposos asesinados por las tropas rusas. La venganza no termina con el armisticio, ni siquiera con la rápidez con la que ciudades destruidas o borradas del mapa resurgen en medio del sobrevuelo de helicopteros de combate, aviones espías y tropas rusas de élite, que se despliegan en la zona de conflicto. La radicalización ideológica avanza al mismo tiempo que se activan las misiones de las trospas suicidas: la metástasis indeseable está en proceso de extenderse y generalizarse en toda del región del Cáucaso. La ola del terror ya golpeó el centro neurálgico de Moscú...y es previsible que penetre aún más el feudo de Putinlandia.
Jorge Antonio Díaz Miranda.
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