México también exporta al mundo la anticultura. El patrón se repite en una sucesión interminable de lugares comunes y humor involuntario. Las fraseología hueca saturada de albures mal hechos y groserías con falta de dicción, burdamente argetinizadas. Mientras los Bafana Bafana cantan y bailan los connacionales mientan madres, putean y alburean al rival, el cual entiende estos gestos como manifestaciones de la emoción que los embarga. Y ahí està en todo momento la pobre sicalipsis de la que estamos enfermos: aficionados, técnicos, presidente de la república y aficionados que visitan un país que no comprenden, y que ante su propia impotencia y flojera para comprenderlo utilizan los recursos màs trillados. ¡Bafana, Bafana me pelas la Banana¡. Cuántas mentadas de madre acumuló el flamanante "Vasco" ante la frustración de ver como su "selección del ya se pudo" naufragó frente a un rival elemental; cuantás veces Blanco llamó a los defensas sudafricanos "hijos de su P...madre"; cuàntos ¡putos¡ escupieron los aficionados mexicanos ante la salida de los sudafricanos con el despeje del portero... ¿Se fijaron en la reacción del capitán torrado ante los cantos tribales-comunitarios de los sudafricanos que poseen esa cualidad cultural arraigada desde tiempos pasados?, pobre capitán que parecía un niño asustado impostando la voz y arengando a sus compañeros que poco o nada de caso hacían a sus patéticas frases de hincha de baja estofa de Argentina: ¡Vamos, dalé, dalé, dalé¡.
Incultura de exportación, pobre mentalidad que se rompe con el soplo de la integridad racial, edificio de soberbia construido con mucho dinero pero con un hueco y una desidentidad enormes. Esa es la otra cultura del pambazo nacional que se supone asì misma genial y creativa. La incultura del ano y sus malos aires, eso ha sido llevado a sudafrica como intercambio cultural.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario