BY JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
LUNES 08 DE JUNIO DE 2009
Quise esperar a publicar este comentario, hasta leer las reseñas de la prensa y las televisoras. Esperaba como mínimo, comentarios sobrios y distantes de todo lugar común exculpatorio, ahora que el boleto al mundial de Sudáfrica 2010 está más lejos, con un panorama que anuncia desplome ante Estados Unidos y Costa Rica. Pero no. El 99% de los medios se enfrascó en el lamentable arbitraje CONCACAF, el comentario que dice Cuathemoc Blanco le hizo el arbitro al final del cotejo y las muestras xenófobas de los salvadoreños.
Otra vez puro folclore local para defender lo que por sí mismo no es defendible. Nada se dijo sobre los primeros 45 minutos de improductivo individualismo. Menos aún de la línea de defensa que hace agua por todos lados. Nadie preguntó por qué otra vez Guardado y Nery Castillo al frente como puntas de un ataque que quiere meterse a todo tren a la portería. Por qué a nadie extrañó los cuatro hombres del club América en la cancha, a pesar de la crisis crónica que padece ese club. Si Aguirre confía más en la experiencia y el timming preciso que conlleva tener a hombres como el mismo Blanco, por qué esperar hasta el segundo tiempo. Y como las anteriores hay muchas más preguntas sin contestar.
Por supuesto que un mal arbitraje te puede matar, eso es innegable y esta vez se volvió a presentar. Los insultos de los aficionados son una presión adicional, que también puede inhibir o embotar. La lluvia también es una dificultad para la posesión y el traslado del balón, y te expone con mayor probabilidad al riesgo de una lesión. Pero nada de lo anterior explican o justifican la falta de creatividad, inteligencia, orden, garra, definición o disciplina. En pocas palabras el tri (con minúsculas) sigue sin saber cómo jugar, porque equipo contra equipo El Salvador fue más en muchos aspectos críticos.
Habrá que reconocer sin embargo que es el primer partido de Javier Aguirre como DT, que Blanco clarificó el despliegue ofensivo, que Guillermo Franco demostró inteligencia y algunas aristas anticipación y que con el Conejo Pérez hay seguridad y autoridad en la línea defensiva. Pero también habrá que reconocer que esta crisis de la selección puede minimizar estos avances que al cuarto para lo hora son insuficientes para dar oxígeno a un muerto muy inflado pero inevitablemente perdido para el mundo de los vivos.
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