LA MÚSICA DE ELENI KARAINDROU PARA THE WEEPING MEADOW
SUMMA POÉTICA CINEMATOGRÁFICA DE THEO ANGELOPOLOUS
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2008
La summa poética cinematográfica del siglo XX no puede ignorar los grandes desplazamientos poblacionales y las recomposiciones demográficas, provocados por la terminación del colonialismo (1875-1914), el período de la gran guerra (1914-1945) y el advenimiento de los nacionalismos a partir de 1915. En Europa del Este más que en ningún otro lugar se han experimentado los efectos de semejantes transformaciones cuyo resultado final ha sido un multiculturalismo bajo la égida de un equilibrio sometido a la tensión de las diferencias étnicas de índole social, cultural o económica. Un buen ejemplo de coexistencia multicultural lo constituye
Pensando en esa complejidad que forma parte de la modernidad europea, Theo Angelopoulos ha configurado una temática peculiar para mostrar a través del cine, en la que se vehiculiza la terrible realidad de los eternos errantes que en tierra extraña serán por siempre y para siempre marginados. Con su famosa trilogía, Angelopoulos pretende constituir una summa poética cinematográfica que acompañe en un largo camino de destierro a hombres, mujeres, ancianos y niños despojados de su identidad, de su nombre, de su historia, de su religión. En la primera parte de esta Trilogía The Weeping Meadow, intitulada Eleni, el punto de inicio se sitúa en un punto impreciso cuando refugiados griegos llegan a Salónica desde Odessa y Smyrna, obligados por la invasión del Ejército Rojo, que, como suele suceder en toda acción punitiva de dominio castrense, impone la cancelación de los derechos y la des territorialidad como demostraciones incontestables de poder e indicadores inequívocos de segregación. Entre la larga fila de refugiados se encuentran dos niños, Alexis y Eleni, huérfana esta última y acogida por la familia de Alexis. También como es característico en esta situación de inmenso desamparo, el grupo de refugiados construye un poblado en una tierra impropia para el asentamiento humano pues año con año el delta cercano anega las riberas con una masa de agua inmensa. Este es el marco de una historia muy elaborada por Angelopoulos, no hay un fin en sí mismo para colocar un argumento o un desenlace coherente, es en todo caso la historia de los fragmentos que cada personaje ha logrado reunir para sí, aunados con las incertidumbres, los impulsos y un deseo desesperado por sobrevivir. La historia termina en New York pero en ningún momento se separa de su intención original que es testificar el significado del exilio, la separación, los desplazamientos, el derrumbamiento de las esperanzas, el abandono de las creencias y la injusticia.
El sound track para una historia estigmatizada por el pathos de lo trashumante no podría partir de una estructura total o definida, tampoco del escarceo estético con un exceso de armonía, o el barroquismo tonal de secuencias perfectas de arquitecturas sonoras preestablecidas, no. Porque no se trata de la música para ilustrar un viaje en el sentido de asociar cada movimiento con la belleza del paisaje o los sentimiento bondadosos que inspira su contacto. El refugiado lleva consigo recuerdos, angustias, miedos, incertidumbre, nostalgia, dolor… la intensidad emocional que emana del contexto esbozado por las imágenes de Angelopoulos requiere para su debida interpretación notas alargadas, tonos duros, cuerdas tensas, metales melancólicos y voces que evoquen el trino desesperado de gorriones. Una música construida de fragmentos, de modo tal que las emociones queden atrapadas y a la deriva en una pleamar de sentimientos contradictorios por las muchas cicatrices abiertas que deja tras de si la devastación. Eleni Karaindrou nos ofrece las composiciones adecuadas para la gran tragedia histórica en la memoria griega moderna que significaron las emigraciones desde Odessa y Smyrna. Nada mejor que los lamentos de un Corno Francés, las agudas notas desesperadas de una Lyra de Constantinopla, la terrible nostalgia que evoca las voces sin esperanza de un Acordeón, la espiritualidad sin Dios del Harpa, la profundidad del Violonchelo, las cuerdas atormentadas de
1 comentario:
GENIALE, MERAVIGLIOSA, SPLENDIDA E INEGUAGLIABILE RASSEGNA...
PUOI ESSERE ORGOGLIOSO DI TE STESSO...
ANCORA UNA VOLTA HAI CENTRATO IL NOCCIOLO DELLA QUESTIONE E TI DICO CHE É UN PIACERE LEGGERTI ED ESSERE DALLA TUA PARTE...
COMPLIMENTI,
DALLA TUA PIÚ ASSIDUA AMMIRATRICE,
marina julia, naturalmente...
Publicar un comentario