La satánica jefa de redacción de la sección cultural de conocido periódico -del que no diré el nombre por pudor-, me pidió un comentario sobre el bodrio cinematográfico que Andrés Bustamante, perpetró para vergûenza de los cinefilos mexicanos. Lo único que se me ocurre decir sobre este ejercicio desmesurado de elogio al cine de comediantes tipo Alfonso Sayas y Alberto Rojas, es que en comparación con el mesurado y contenido "Ponchito", las imágenes que nos asaltan con sus ¿actuaciones?, hace pensar en un vomitivo y en un laxante de urgencia. No pude soportar el humor traído de los pelos y la situación pedestre que apenas balbucea un argumento para derrumbarse en cientos de lugares comunes, absurdos y sandeces. Es mejor que vuelva Ponchito y que Bustamante se hunda en el olvido. Un asco.
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