jueves, enero 29, 2009

LA SITUACIÓN ES SIEMPRE LA MISMA

BY JORGE DÍAZ MIRANDA 2008
Quien a hierro mata, a hierro muere. El problema - dice el ruso Norberto Verea* - es el tipo de hierro que usamos y la forma cómo decidimos matar; porque eso es invitar a otros a hacer lo mismo. Los comentaristas televisivos de deportes y la prensa escrita siguen entrampados en defender lo que es indefendible, para este caso me refiero a los intereses extradeportivos que mandan en el fútbol nacional y específicamente los que están relacionados con los destinos de la selección nacional. La falacia central sobre la que pivotea cualquiera de los balbuceantes argumentos que esgrimen los reporteros, periodistas y comentaristas deportivos nacionales - con sus honrosas excepciones -, consiste en que toda la culpa es del cuerpo técnico por no saber canalizar el talento nacional, desaprovecharlo o hacerlo a un lado por dar un espacio a los naturalizados. Esa es síntesis toda la idea que está detrás de la densa red de intereses que, revolotean como cuervos alrededor del dinero fácil que obtienen por vendernos la ilusión del México potencia mundial de fútbol. En este proceso amañado de inducción de la opinión pública participan también los futbolistas nacionales, que, coincidentemente sostienen posiciones cercanas a las empresas que pagan la nómina de sus respectivos equipos. Esto es así porque en este país importa más la lealtad que el talento, el servilismo tiene carta de autorización en esa relación innatural de los dueños con sus equipos como si estos fueran otra sección más de empleados. En el desfile de afirmaciones pagadas o condicionadas, desinformadas todas ellas y con una tendencia a descalificar, llama la atención la no-polémica sobre los jugadores naturalizados, convocados por Sven Goran Erickson, como Leandro Augusto, Matías Vuoso, Sinha, Lucas Ayala y otro más. En este sentido se expresa la opinión de algunos seleccionados como el portero Guillermo Ochoa –adscrito al club América, of course-, según lo cual, este hecho constituye una evidencia de que el técnico sueco no conoce suficientemente el fútbol de México y por tanto no tiene ojos para el talento local. A mi entender, en el fondo de estas declaraciones existe un disimulado chovinismo y sobre todo el deseo de control feudal que las soberanías televisivas ejercen para imponer jugadores y mandatos comerciales al cuerpo técnico, sin importar la preparación física o mental, ni el perfeccionamiento táctico. Así las cosas, es fácil deducir porque tanta alharaca en contra de los naturalizados: después de todo provienen de otros países donde los jugadores no tienen restricciones para emitir sus puntos de vista, son más resistentes a condiciones de presión, poseen el talento para sobreponerse a condiciones adversas, poseen liderazgo, son más combativos y están mejor preparados físicamente. Es decir, su personalidad y su mentalidad no es de vasallos o ciervos de la gleba leales a los señores que los esclavizan. Matías Vuoso, Sinha y Leandro Augusto han sido por mucho los únicos ejemplos de inteligencia, combate, dignidad y coraje en el terreno de juego, y, en efecto, han aportado profundidad, despliegue rápido, transición y profundidad a la ofensiva del tricolor. En un equipo donde sobra soberbia e ineptitud por parte de los nacionales, las discretas virtudes de estos jugadores naturalizados brillan con intensidad. La verdad es que, en el planeta fútbol nacional y lo que gravita en su periferia más inmediata -empresas con sus negocios e intereses-, hay un enorme cúmulo de mediocridad que impide el desarrollo positivo del deporte y su crecimiento cualitativo. La basura orbital ha ido creciendo a lo largo de los añosa la par de las ganancias, y esa responsabilidad recae en los dueños de los equipos, las televisoras, los federativos, directores técnicos, preparadores físicos, motivadores, psicólogos, comentaristas deportivos –televisado y no-, y desde luego en los propios jugadores nacionales. Perdón por excluir al público pero la verdad es que nosotros no tenemos nada que ver con esa situación lamentable, más que ser los ingenuos de siempre que vamos a los estadios a cambiar nuestro oro por cuentas de vidrio. Por lo anterior entiendo el peso del problema que enfrenta Sven Goran Erickson, y entiendo la necesidad que tiene de recurrir a jugadores naturalizados pues estos no padecen la parálisis mental de los nacionales domésticos o europeizados. El encuentro entre el sueco y la mentalidad de los jugadores mexicanos de primera división ha de ver sido, en toda su amplitud, un choque intercultural en el que ha prevalecido lo extradeportivo y con ello la mentalidad servil y oligofrénica de jóvenes estrellas de primera división que hacen lo que sus dueños deciden porque estos a su vez les han llenado la cabeza de humo, oropeles y parafernalia publicitaria; lo que en última instancia se ha traducido en improductividad ofensiva, falta de ideas de cómo atacar, descoordinación, displicencia, vedettismo, indolencia, indisciplina y falta de gol. El pronóstico del exagonal está abierto aunque con una propensión al fracaso deportivo, no así en los negocios. El comentario de las derrotas puede levantar el ratting durante semanas y meses, en un país donde el fraude mediático vende más que cualquier realidad de mejora.
*Visite el blog de Fútbol Ruso en esta dirección: http://weblogs.clarin.com/futbolruso/, altamente recomendable para un seguimiento informado, inteligente y crítico del fútbol en la Argentina.

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