martes, enero 06, 2009

ALGUNAS VIÑETAS SOBRE UNAS INESPERADAS VACACIONES

JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA 2009
Metafísica hiper humorística de las vacaciones. El sentido último de las vacaciones es hacer una especie de corte de caja sin importar las pérdidas o las ganancias. Un gesto que en el fondo de su expresión implica enviar a la mierda a todo y a todos los que a lo largo del año nos amargaron la vida. La expresión más inflamada del deseo de seguir sin importar cómo, por el puro impulso de seguir adelante venga lo que venga del futuro, que ya podemos adelantar con 100% de seguridad que será un montón de pendejadas. Sin moros en la costa, sombras o dudas funestas, me dispuse a comprar quince días de gloria en el paraíso del mar, sin más pretensión que tirarme de panza al sol y llenarme la pupila de tangas, escotes provocativos y cuerpos desnudos femeninos que se pasearan en las cercanías de mis ávidos ojos por nuevos horizontes.

Teofanía del viajero. Para hacer más creíble este breve relato deberé de señalar las penurias del servicio público de transporte que cada año se supera hacia la excelencia de la miseria y la suciedad, sin mencionar su escasez por supuesto. Ya sabes, temporada alta = a mal servicio X basura / retrazo elevado a la potencia N de la promiscuidad y el amontonamiento. No obstante, conseguí para mi hijo un asiento cómodo y amplio donde pudo dormir, jugar y hacer un pequeño campamento, desde el cual no dejó de preguntar doce horas cuándo demonios llegaríamos a la playa. Aparte de lo anterior dos cosas buenas sucedieron, la primera es haber encontrado a una chica oaxaqueña llamada Oriana, de catorce años de edad, con una actitud afable y una disposición a dialogar todo el camino. Lo segundo fue que mi hijo disfrutó todo el viaje sin parar de cantar. La chica venía procedente de la Ciudad de México donde se desempeña como ayudante doméstica en la casa del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. De rasgos finos con acentos fisonómicos indígenas de la Mixteca, cabello largo y muy negro, dientes perfectos y mirada dulce, con una voz con tonalidades musicales. He aquí su fotografía tomada en un café de la terminal de Izucar de Matamoros.

La Epifanía del azar. El tronco-móvil -un viejo Recaut modelo 1979-, en el que viajábamos, se partió en la capital de Oaxaca, su defunción fue acompañada de un rugido estridente y un alto abrupto que por poco hace caer a mi hijo de su asiento. El chofer nos informó con un acento educado que tendríamos que arreglárnoslas como mejor pudiéramos pues a la hora en que llegamos no había posibilidad de relevo. Confiando en mis conocimientos de líneas y rutas auxiliares, comencé a imaginar que nuestra ruta original se desviaría al menos 350 o 400 kms, hacia el Noroeste. Recordé pues que desde Miahuatlán de Morelos hay una ruta directa hacía Pinotepa Nacional, Puerto Escondido o San Pedro Pochutla, y desde cualquiera de esos puntos la ruta hasta Huatulco era segura. Por lo que me informé inmediatamente y encontré sin tanto buscar un servicio de Suburban Colectivas que por $120 pesos te pueden llevar en alas suaves de la sierra al mar en menos de cinco horas. Le expliqué como mejor pude a mi hijo lo que había sucedido y el accedió de buena manera a cambiar de rumbo sin protestar por nada. Me despedí de Oriana con un dulce beso y un abrazo, y ella nos obsequió a mi hijo y ami su más hermosa sonrisa. Me apresuré a hospedarme en el hotel Mansión de mi amigo Roberto Saldaña, antiguo compañero del Colegio Militar que al igual que yo abandonó la carrera de las armas. Al siguiente día salimos de Oaxaca como a las 11:00 de la mañana, ahora sí rumbo a la playa. Mi hijo iba eufórico por todo el camino sentado en un asiento más cómodo aún que el anterior donde pudo acostarse y dormir por espacio de las 8 horas que duró nuestro viaje hacia Pinotepa.

Día de gloria y esplendor a través de la Sierra Norte y sus comunidades, paisajes densamente boscosos y verdaderos pueblo mágicos saturados de turistas extranjeros militantes de la ecología y la alteración de la conciencia. Miahutlán de Morelos, San José del Pacífico, San Juan Río Hondo, Comala, San Andrés, San Pedro Pochutla el Alto y la desviación de Tres Cruces; son sólo algunos lugares por donde pasamos hasta nuestro destino Pinotepa Nacional. En Pinotepa encontramos a un par de simpáticos argentinos que andaban en el rol centroamericano con una motocicleta Honda 3V Baretta. Él se llama Pablo Batista y ella Margeli Guiñol, compartimos la misma mesa en el restaurante y experimentamos con ella una excelente empatía. Hablamos de todo. política. itinerarios turísticos por la zona, hablamos del infaltable Charly García y de Fútbol. En este último tema Margeli se explayó en describir apasionadamente sus 25 años de militancia como fan del equipo Talleres. Pablo y Margeli practican Yoga, naturismo y medicina alternativa, no son pareja pero algunas veces fingen serlo, ella está divorciada y el casado, y se encontraron en Nazca Perú. Margeli me envió esta foto desde Marquelia con una nota al calce: Con saludo fraterno al buen amigo mexicano y a su hermoso pibe; espero verlos muy pronto en esta vida o en las otras por venir. Besos de Margel. Por la vereda tropical. Redescubrir Pinotepa deparó muchas sorpresas agradables, una verdadera sobredosis de vitalidad y un volverse loco con los sonidos, los olores, el aire húmedo y la sensualidad de la zona. Gente negra por todos lados, pescadores, albañiles, atorrantes, jipitecas, evadidos, menesterosos y locos reunidos en esta tierra bendecida. Y música desbordante de alegría. Nuestra noche en Pinotepa fue un caminar por la costa embravecida y ver la fiesta que en cada palabra se efectuaba. Jazz, reggae, funk, ritmos africanos, y lo mejor una boda de lugareños donde amenizaba un grupo que desgrano un repertorio amplísimo de chilenas, guaracha, son montuno, cumbia, danzón y banda. Mi hijo y yo bailamos como locos, él con una niña que lo adoptó como su primo y yo con Micaela, una chica que me fue a sacar a bailar. al otro día muy temprano nos fuimos para Puerto Escondido, pero al pasar por Río Grande me acordé de las Lagunas de Chacahua y viré en media vuelta para volver. Encontramos un ambiente estival y un excelente clima par navegar o lanzarnos en paracaídas. Mi hijo, prudentemente, optó por el barco e hicimos un paseíllo por los tres principales cuerpos de agua que componen las lagunas: Pastoría, Salinas y Chacahua. Luego en esta última realizamos un desembarco para sentarnos a la sombra de un Ahuey y tomarnos algunas cervezas. Salud¡.Por la noche partimos a San Pedro Pochutla en un viaje de 3 horas. Llegamos a las 11 de la noche y nos hospedamos en el Hotel Pochutla y ahí nos quedamos 2 días con sus noches antes de partir a Huatulco. Visitamos Mazunte, Ventanilla y San Agustín. En Mazunte llevé a mi hijo al museo de la tortuga cuyo muestrario es extraordinario, nada menos que ocho de las diez especies de tortuga en el mundo están aquí en México. Luego Ventanilla fue una aventura única por su paisaje tropical, donde mi pequeño pudo liberar dos tortugas de un día de nacidas. En la última noche en Pochutla recorrimos el lugar y conocimos mucha gente, la mayoría de Tabasco y Veracruz. Hicimos cientos de fotografías y fuimos a dar a una tienda especializada en música de la Costa Chica de Guerrero y la Costa Oaxaqueña, ahí recopilé 20 discos con cerca de 400 canciones de la zona. Seguid por la Vereda Tropical hacia Levante. En nuestro camino a Huatulco hicimos un alto a la altura del crucero de la Bahía de San Agustín, después de todo nuestro destino final estaba a 10 km. El taxi colectivo lo compartimos con tres chicas canadienses dedicadas al estudios de hábitats naturales vírgenes y valla que la zona selvática que rodea la carretera a san Agustín lo era en demasía. Ellas nos explicaron que la zona está comprendida por una extensión de 50 mil hectáreas que en los últimos años se ven invadidas por el ganado a razón de 10 hectáreas anuales. No obstante la depredación de especies vegetales y animales se ha reducido casi a cero y los pobladores están cada vez más concientes de la conservación y el respeto a su entorno. casi hasta el final del viaje hicimos un intercambio de fotografías y quisieron casi todas las que yo había tomado de la zona. A cambio nos ofrecieron un paseo en barco hasta la playa virgen de a Parota, a cinco minutos de San Agustín, cuyo acceso sólo es posible en barco. Yo rehusé la invitación en vista de lo tarde que era y del hecho de que habíamos avisado que llegaríamos ese mismo día al hotel de mis amigos en Huatulco. Esta es la foto de Sthepanie la jefa de la misión, de padres mexicana y canadiense, ella nos envía esta foto desde Tamboo.

Nota al margen. No podemos dejar de mencionar al margen de la belleza de la zona, las alteraciones visibles del entorno, el clima y la composición del mar. Para agrado mío encontré que casi en todas partes está prohibido usar envases o envolturas de plástico, sin embargo es visible la acumulación de desechos sólidos en las playas que según entiendo pueden provenir desde el norte, desde lugares tan distantes como Tecpan, Zihuatanejo o Acapulco. El desarrollo de la zona nada tiene que ver con el ascenso en la calidad de sus pobladores porque si bien se produce frutas, verduras y granos casi el 70 % de la producción es de exportación y lo mismo sucede con los productos de pesca. La pobreza patrimonial es evidente y la falta de servicios de atención médica especializada lo es más. Oaxaca ocupa el segundo lugar en indicadores de pobreza alimentaria y patrimonial, y las regiones de la Mixteca y la Costa están entre las más pobres. Ante esta situación es insostenible el desarrollo de proyectos turísticos de largo plazo a no ser que se pretenda matar de hambre a las depauperadas poblaciones. El avance de la mancha urbana ya es visible en algunos puntos y nos indica una tendencia clara a la fundación de villas y fraccionamientos exclusivamente para el turismo. Inversión en franca expansión que rebasa en 10 la que se destina a la casi inexistente inversión para infraestructura educativa. La cifra del último censo de salud indica un médico por cada 100 habitantes de la zona sin mencionar las instalaciones mínimas, la escasez de medicamentos de última generación y las distancias. Tal vez por ello México está ubicado en el lugar 52 de la medición PNUD de la UNESCO, es decir puntaje que desmiente la ecuación que iguala desarrollo con mejoramiento de las condiciones de vida de la gente.

No hay comentarios.: