viernes, junio 01, 2007

BERENICE

BERENICE
En la penumbra de la alcoba
tu voz sibilante me provoca,
en la oscuridad mis manos se juntan con tus manos
en una misma plegaria, en un mismo deseo,
húmedad de mar y transpiración agitada,
Bajo mi cuerpo violento
tu vientre cálido,
nuestros labios, nuestra mirada
se reúnen ahi
desde la turbulencia de las sombras,
El velo de la noche
el reino de los sueños
enfrascados los cuerpos
en la sutil danza de la muerte,
Berenice es la revelación del cuerpo a través de los sentidos
el asalto
la guerra
para imponer el deseo propio
para trasgredir
y romperse la madre
girando en remolino,
Tu gruta márina de espasmos
tus senos calientes
tu húmedad
tu cuerpo breve
la tensión de tus piernas
tus ganas de olvido
mi impotencia
mi rabia
mi desesperación
mi olvido,
Pero qué importa el después
si ahorita poseo tu culo
si tus senos se ofrecen a mis labios
si tu vulva me aloja
si encuentro mi reflejo en tus ojos...
que importa
si tus labios me besan
si tu cabello me acaricia
si el suculento bocado de tu juventud
acaba conmigo.
Advertencia a mis hipotéticas lectoras: La imágenes recogidas aqui no son reales en el sentido de haber sucedido recientemente, es un ejercicio que si se quiere, aglutina las imagenes de algunas mujeres que he conocido, todas en uno como el aceite tres en uno. Pero antes que todo, debo decir que, escribir es un ejercicio sobre el cual no hay límites o restricciones, el autor puede escribir lo que quiera, cuando quiera y presentar las imagénes como mejor le parezcan. No hay aqui la doble intencionalidad del discurso que pregonaban los escolásticos, tampoco la forzoza correlación con la realidad como lo pregonan los materialistas, y menos aún el intento de una conspiración como lo pregonan los adlátares de la filosofía de la sospecha. Si hay, y en abundancia, ficción y deseo que se conjuntan en el intento de crear desde la emotividad, imagenes sensibles apartir de imágenes como el de la chica con el torso desnudo, cuya autoría corresponde a Ramiro Cuellar. Ya se lo que vendrá después, acusaciones de misoginia, machismo, infidelidad, escenas de celos, gritos, lágrimas, arranques de histeria, malos entendidos, etc, etc. Una disculpa anticipada por mi atrevimiento. Pero los pastelillos tambien pueden ser preparados por el autor, con la receta que mejor le plazca, evocando para si el connubio del goce y el sacrosanto onanismo: como el gran masturbador el escritor debe asumir para si la responsabilidad de su goce y dejar a un lado las molestas consideraciones a priori de los otros. Aqui, que aviente la primera piedra el sujeto que no le haya pasado por la mente, mientras hace el amor el deseo de estar en otro lado, con otra o con otro.
atte.
Jorge Antonio Díaz Miranda
01 de junio de 2007

3 comentarios:

Anónimo dijo...

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marinajulia dijo...
En la creación poética no cabe ninguna teoría de la verdad tarskiana, ni quineana o davidsoniana (a DIOS gracias), por lo tanto todo lo que se emite por vía poética tiene los tintes de la irracionalidad, de la inconsistencia, de la incoherencia, cuando no de la falsedad... y via discurriendo...
La interpretación no está sujeta a ningún juicio previo, es sólo una cuestión de gustibus, y en gustibus non disputabunt...
La única entidad que puede aplicar restricciones es el creador mismo, el cual si está sujeto a prejuicios debe "forzosamente" justificar su creación. Lo cual indica que hay "gato encerrado". Entonces, se puede juzgar no tanto la poesía sino a su autor por apelar a sus propios tabúes, a sus falsas creencias y a sus "fantasmas", que nada tienen que ver con lo que se anuncia por medio de las palabras.
Reciba el autor mis humildes comentarios sin encresparse, después de todo el buen sabor del "joven bocado" podrá aliviar las molestas consideraciones "a posteriori" de los demás.

Anónimo dijo...

Hola Poeta!!


No cabe duda, que las letras son la llave de cualquier prisión, ya que te permiten romper las barreras y dejar que vuele la imaginación.

Supongo que si existe esté espacio, donde escribes y pides un comentario, es porque en cierto punto te interesa la manera en que llega a tus lectores tu creación, independientemente si es real o ficticia.

Me agrada mucho esto de: “El autor puede escribir lo que quiera, cuando quiera y presentar las imágenes como mejor le parezcan”. Claro, asumiendo la responsabilidad de lo que acontezca.

Y sabes, creo que hiciste bien en pedir disculpas anticipadas.

El poema en sí, es bello y mas como dices si tiene algo de todas las mujeres que has conocido y no pretende ocultar el sentimiento propio del machismo, pero esto como mas adelante señalas en las letras rojas es una reacción que ya esperabas.

Si bien, el escribir, rompe la regla de la realidad, podríamos decir que es el arte de manipular la imaginación de los lectores, llevándolos al producto de la propia; cuando logras que una mente entre al mundo de tu creación y lo conduces por caminos que lo llevan a confundir lo ficticio de lo real, podemos decir que se ha alcanzado el objetivo.

Además, la juventud y belleza de una mujer es digna de escribir infinidad de bellos poemas.



El comentario a esto “Aquí, que aviente la primera piedra el sujeto que no le haya pasado por la mente, mientras hace el amor el deseo de estar en otro lado, con otra o con otro” Cabe señalar que es una opinión muy personal. Creo que no venia al caso y rompe la magia del poema.

No creo que haya alguien que se atreva a tirar la primera piedra; haciendo alusión a la forma en que haces la comparación de la receta de pasteles, ya que el hecho de no expresar lo que algunas persona piensan no garantiza que no tengan excelentes recetas guardadas bajo la manga que puedan darles la satisfacción de crear su propio pastel para su deleite personal con la variedad de un buffet.


Pero creo que lo más acertado seria:

Si consideras que el momento no es digno de vivirlo, no le encuentro el chiste de perder el tiempo.

Anónimo dijo...

Berenice…deseo y ternura, mujer que tranquiliza y estremece, de senos dulces y sexo de fuego, de amor fugaz y eterno, mujer común y única, musa, cómplice y amante, antídoto y veneno. Berenice… ¡mujer de la victoria!

Disculpas al autor por reducir a esto tu poema pero eso me inspira al leerlo.
Por otra parte, me parece que no debemos escandalizarnos por las imágenes poéticas que se nos presentan, ni juzgarlas o exigir con fechas, nombres y apellidos la presunta veracidad de los hechos y en consecuencia, culpar al escritor de su engaño. Además, no encuentro tintes de machismo en su poesía, al contrario, considero al autor un admirador de la mujer y su belleza, que puede deleitarse al contemplar un cuerpo desnudo, lozano, sensual, perfecto y cuya sensibilidad (la del autor) puede inspirarle la creación de piezas poéticas que nos comparte y en las que podemos reconocer, únicamente, nuestras propias fantasías, deseos y sentimientos.

ATTE. MDG.