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lunes, abril 02, 2012

SILVIO RODRÍGUEZ_OH MELANCOLÍA

Oh melancolia

Silvio Rodriguez

Hoy viene a mi la damisela soledad
con Pamela y pertinentes y botón
y amapola en el oleaje de sus vuelos
hoy la voluble señorita es amistad
y acaricia finamente el corazón
con su más delgado pétalo de hielo.

Por eso hoy
gentilmente te convido a pasear
por el patio hasta el florido pabellón
de aquel árbol que plantaron los abuelos
hoy el ensueño es como el musgo en el brocal
dibujando los abismos de un amor
melancólico, sutil, pálido cielo.

Viene a mi, avanza,
viene tan despacio
viene en una danza
leve del espacio
cedo mi adoración
y ya vuelo ave
se mece la nave
lenta como el tul
en la brisa suave
niña del azul.

Oh melancolía, novia silenciosa,
intima pareja del ayer
oh melancolía, amante dichosa,
siempre me arrebata tu placer
oh melancolía, señora del tiempo,
beso que retorna como el mar
oh melancolía, rosa del aliento,
dime quien me puede amar.

Hoy viene a mi la damisela soledad
con Pamela y pertinentes y botón
y amapola en el oleaje de sus vuelos
hoy la voluble señorita es amistad
y acaricia finalmente el corazón
con su más delgado pétalo de hielo.
Por eso hoy
oh melancolía, señora del tiempo,
beso que retorna como el mar
oh melancolía, rosa del aliento,
dime quien me puede amar.

PABLO MILANES_LA FELICIDAD

 La Felicidad

Pablo Milanés

Te he visto pasando del brazo de un hombre,
Que con su mirada te envuelve en amor,
Te he visto sonriendo mostrando tus ojos,
Sin sombras, sin dudas, sin guardar rencor,
Al tiempo en que al sólo pronunciar mi nombre
Con cierta ternura te ahogaba en dolor.

Me vi caminando guardando distancias,
Que sólo mostraba la complicidad
De besos furtivos, de manos con ansias,
De darte un abrazo y gritar mi verdad,
De grandes olvidos, de encuentros,
De instantes, de amores
Y un poco tu infelicidad.

Qué dulces mentiras, qué grandes verdades,
Qué nos inventamos para perdurar,
Qué filosofía, qué honor, qué ironía,
Que nadie se hiera, que todo se cuide,
Si sólo mi cuerpo se va a desgarrar.

Te he visto pasando del brazo de un hombre,
Que de cierto modo podría ser yo,
Te he visto sonriendo mostrando tus ojos,
Mientras te despeina y te envuelve en amor,
Al tiempo en que sólo pronunciar tu nombre
Con cierta ternura me ahoga en dolor.