Huella Hídrica, concepto acuñado por Arjen Y. Hoekstra (2002), experto de la UNESCO-IHE, se define como el volumen de agua necesaria para la generación de productos y servicios consumidos por los habitantes de un país, la industria o una persona. Los principales factores que determinan la huella hídrica per cápita (promedio de consumo por persona) de un país son: el consumo de agua promedio por habitante, los hábitos de consumo (alimenticio y no alimenticio) y el clima (correlacionado con las condiciones y eficiencias de los cultivos, la demanda evaporativa y las prácticas agrícolas).
A nivel mundial, la humanidad ocupa grandes volúmenes de agua para las actividades cotidianas como beber, cocinar y lavar, pero es mayor la cantidad de agua que se ocupa para producir papel, textiles y toda clase de productos industriales o derivados del petróleo. A ello se suma el contenido de Agua Virtual, concepto creado por Tony Allan (1992), del que implica el uso de agua que se requiere para producir los alimentos que consumimos.
Por ejemplo, la producción industrial de 200 kilogramos de carne de res, requiere de 3 millones noventa y un mil litros de agua. Esta cantidad de agua es por animal durante su ciclo normal de vida, y se distribuye de la siguiente manera: 3,060,000 litros para 8,500 kilos de pastura, alimento y heno; 24,000 litros para beber; 7,000 litros para limpiar establos y corrales (1)
Los productos derivados de la carne también consumen grandes cantidades de litros de agua: un kilogramo de salchichas requieren de 11,535 litros; queso procesado 4,914 litros por kilo; Yogurth 1,151 litros por kilo de producto.
El algodón es otro producto que requiere de grandes cantidades de litros de agua, por su elevada exigencia de fertilizantes y formas de procesamiento: un par de pantalones de mezclilla requiere de 11,000 litros, una sabana de algodón 10,600 litros, una camiseta 2,900 litros.
Desde una perspectiva económica, se comercian en el mundo más de 700 billones de Agua Virtual contenida en los productos cárnicos y sus derivados, textiles industriales, derivados fósiles (petróleo), construcción, etc.
En los países altamente industrializados, la huella hídrica per cápita es alta debido a que es elevado el nivel de consumo de carne y la producción industrial es masiva e intensificada.
A nivel mundial, el 86% de la huella hídrica está relacionado con el consumo de productos agrícolas; el 10% con la producción de bienes industriales, y menos del 5% se utiliza para el uso doméstico.
En México, la huella hídrica per cápita, es de mil 441 metros cúbicos de agua al año, lo que significa 16% más del promedio mundial. Pero este promedio por encima de la norma internacional está relacionada con un sistema deficiente de generación, recarga y reutilización del agua, sobrexplotación y contaminación de mantos freáticos, deforestación acelerada y expansión urbana insostenible, uso inadecuado, desperdicio y redes de distribución ineficientes. Es conveniente agregar que el índice per cápita es un promedio de generalización que en el caso de México no se cumple, pues más de 50 millones de personas en pobreza extrema tienen un acceso restringido o de plano no tienen acceso al agua. *Derechos de Autor ®
Notas
(1) Arjen Y. Hoekstra & Ashock K. Chapagain (2002) Globalización del agua; Red de la huella del agua, Universidad de Twente, Países Bajos; Waterfootprint.org
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