sábado, noviembre 05, 2011

ALAMAR


Jorge Antonio Díaz Miranda
Noviembre 2011

En el entendimiento de quien esto escribe, se trata de una de las películas más hermosas que se han hecho en los últimos diez años. Sencilla como todas las obras maestras, directa como toda narración certera, vital como el aliento del mar; es un fresco cinematográfico que documenta la vida de una pequeña familia de pescadores. Un espléndido escenario enmarca la historia, se trata, nada menos, que del segundo arrecife más grande del mundo, el banco chinchorro, dentro de la reserva ecológica Xcalak, justo frente a la playas Río Huach y Majahual, en el estado mexicano de Quinta Roo. La fotografía se pasea sobre el paisaje y capta de forma precisa los colores del mar, el contraste del ecosistema arrecifal, las vetas de atardeceres edénicos y la palpitante vitalidad de seres humanos que han crecido en medio de selvas opulentas, marismas sensuales y manglares repletos de cocodrilos, aves migratorias y crustáceos.

Si la fotografía constituye un input estimulante, el dramatis personae no es menos vectorial pues está rodeado de una genuina emotividad.

Primero, la vida de un niño dividido entre dos padres distanciados sentimental y geográficamente, la madre de procedencia italiana, la cual vive con el niño en la ciudad de Roma (nada más, pero nada menos). El padre, un joven pescador que vive con su padre en una casa enclavada en el litoral caribeño muy cerca del arrecife.

Segundo, el encuentro del niño con su padre y su incorporación extraordinaria a las tareas diarias que desempeñan su abuelo y su padre. Desde su llegada, el desafío está planteado en pequeñas porciones que ponen a prueba su entereza y templanza. Desde lidiar con el vaivén del barco en medio de la turbulencia que ocasiona la rauda navegación. A continuación, iniciar una vida casi ermitaña, en una casa pequeña rodeada por el mar y los cocodrilos y las aves, sin contar con la televisión y las comodidades de la casa de su madre. Luego, afrontar las tareas de pescar, con métodos rudimentarios o pre tecnológicos, peces adultos que casi tienen su talla. Pero ahí no para la cosa, pues debe también enseñarse a bucear, con esnorquel y aletas, en un mar, que, desde la perspectiva de la mentalidad infantil, es fascinante pero intimidante. Finalmente, templarse en el dolor del largo regreso, y el mar de lágrimas que rompen en su rostro infantil cuando su padre le anuncia sin ambages que debe regresar de forma inminente, pues su madre ya lo espera en Roma.

El sostén de este encuentro entre padre e hijo, es el abuelo, quien con paciencia, facilita el intercurso de las emociones, con la sabiduría de la rutina cuyo sazón se logra con un tazón caliente de caldo de pescado, café soluble y tortillas hechas a mano. De ahí que, lo que sobresale de esta grandiosa película son los placeres sencillos, la vida relajada, la satisfacción del duro trabajo, el sentido práctico y la integración del hombre con su entorno ecológico. El buen salvaje es un hombre sencillo que goza lo que le da la vida: lluvia, sol, la paternidad, el sueño, la música, el amor; adopción que es posible asumir sin complicaciones, ni artificios o subterfugios tramposamente racionales de segundas o terceras intenciones.

Por ello vale tanto ver esta película, el hombre en su estado natural, que nada tiene que ver con la compulsión, la obsesión y el estrés; todos estos jinetes de miseria de la vida anti natura, que se ejercita, cual locura necesaria, en nuestras ciudades modernas. El choque de civilizaciones apenas se insinúa pero es latente y silenciosamente determinante, sacude y cimbra, desmadra y reconfigura la mente de Natan, el pequeño cuyo corazón está dividido en dos territorios altamente contrastantes.      

Insisto, esta película es, junto con Cochochi (Israel CárdenasLaura Amelia Guzmán, México, 2007)  Bacheha-Ye Aseman (Niños del cielo, Majid Majidi, Irán, 1997)., de las más hermosas que se han hecho en los últimos años.     

Reparto:

Jorge Machado,Natan Machad Palombini,Roberta Palombini

Director:

Pedro González-Rubio (2009)

Escritor(es):

Pedro González-Rubio

Genero:

Drama

Año:

2011

Estreno México:

26 de Agosto, 2011

Duración:

73 min

         

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