EL TARTAMUDARIO HAMBRIENTO
MEDIO NO
OFICIAL DE LA TRANZA NACIONAL
CORRE LA VOZ
ELECCIÓN DE
AYUDANTES MUNICIPALES EN TEPOZTLÁN:
SIMULACIÓN DE
DEMOCRACIA E IMPOSICIÓN DE CONVENIENCIA
By
Jorge Antonio Díaz miranda
18 de marzo
de 2012
No es muy complicado. Los que quieran hurgar en las
debilidades de nuestro federalismo, encontraran en el municipio su lado más
vulnerable,justo ahí donde la columna vertebral del pacto federal, la
constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, es sustituida por leyes locales
y poderes facticos. Cuando hablamos de leyes locales que pisotean la Constitución,
hacemos referencia a la Ley Orgánica Municipal y a ese florilegio de
aberraciones jurídicas denominado Bando de Policía y Buen Gobierno.Por poderes
facticos, entendemos a grupos organizados (caciquiles, asociaciones civiles
privadas, cámaras de comercio o empresariales), que sin haber sido elegidos
para puestos de representación en los distintos niveles de gobierno (federal,
estatal o municipal), son capaces de conculcar una agenda de gobernabilidad ad hoc a sus intereses. Poderes facticos
y leyes locales alojan en la opacidad a los gobiernos municipales y a la
egregia camarilla clientelar que los acompaña, anteponiendo en todo momento el
beneficio personal al bien común.
En términos de la Realpolitik(forma
de ejercer el poder político, carente de cualquier beneficio a la comunidad),el
municipio es la estructura de gobierno más endeble del Estado de Derecho y por consiguiente,
el sostén del Estado Fallido, vacío de leyes y justicia, “monstruo frío plagado
de iniquidad”. En efecto, el fracaso de las políticas de desarrollo social
sustentable comienza y termina en la
administración municipal. El nepotismo, el tráfico de influencias y la
corrupción hacen sentir en este nivel de gobierno su fuerza e impacto
verdaderos. La vigencia y sentido del autoritarismo y el centralismo se
actualiza en cada trienio, con nuevas formas de desorganizar, desalentar y
desactivar la participación ciudadana.Un principio para la disfuncionalidad del
gobierno municipal es la relación asimétrica con las comunidades que gobierna. Asimetría
no exenta de abusos, discriminación, simulación, control, represión e
imposición.A la postre, los resultados de la gestión gubernamental (es un
decir), terminan por ser una concentración masiva de recursos en la cabecera
(sede del gobierno municipal) y un abandono programado de las comunidades.Una
estrategia de control social, muy notable en los últimos 15 años, ejercida por
los gobiernos municipales, ha consistido en imponer a las autoridades locales
de las comunidades, poniendo titulares cuidadosamente elegidos por su escaso
apego a su comunidad, evidente sentido oportunista e identificación militante
con el partido político que ocupa la alcaldía. De ahí el interés por vigilar
las elecciones locales y justificar el intervencionismo, alterando la jerarquía
de las leyes como si la constitución política de México fuese una ley
secundaria y estuviera subsumida por leyes locales. Esta estrategia de control
electoral y vigilancia se multiplica a nivel nacional sobre todo en zonas de
presencia indígena (con presencia de grupos étnicos u horizontes culturales de
arraigo).
Desgraciadamente el municipio de Tepoztlán no está exento
de esa situación de abuso, centralismo y
autoritarismo por parte delos gobiernos estatal y municipal, tal como quedó
demostrado en las últimas elecciones de ayudantes municipales dentro de las
comunidades, en donde una vez más, el intervencionismo y la simulación galoparon
de la mano de poderes facticos e instrumentos legaloides que torcieron la ley
para arropar inéditos procesos electorales: burocráticos, inequitativos, opacos.
La desorganización social de las comunidades y su pasividad frente a la
imposición del gobierno municipal, jugaron un papel central a la hora de
inclinar la balanza: si bien hubo un registro histórico de participación electoral de amas de casa y
gente de la tercera edad, una representación significativa del sector de
jóvenes decidió simplemente no participar.En todas las comunidades, la
percepción de mayor participación de gente mayor y amas de casa se atribuye a
la presión que distintos sectores, privados y públicos, ejercieron en estos dos
estratos de votantes fuertemente vinculados a los programas de SEDESOL,
Oportunidades y 70 y +.
Este pulso sobre la organización potencial de las
comunidades tepoztecas, servirá al gobierno de Graco Ramírez para medir el grado
de resistencia social real ante los proyectos de modernización carretera que
impulsa su gobierno, por eso pone atención especial a la desunión que impera al
interior de las comunidades, la desorganización que predomina y sobre los
sectores aliados de los que se puede valer para controlar, diluir o evadir
intentos de oposición. En este punto, el gobierno estatal sabe que los recursos
asistenciales serán críticos en el convencimiento de los indecisos, por su
evidente necesidad de subsistencia y su vulnerabilidad social.
En Santa Catarina, triunfó el gobernador y su “red ciudadana”
GENTE X GENTE (GXG), al imponer a un candidato que fue arropado por apoyos,
dinero y despensas. El gran perdedor fue el pueblo y su gente que ahora tendrán
que esperar la factura de la “generosa ayuda desinteresada del gobernador de
Morelos”.En otras comunidades tepoztecas la moneda está en el aire pero se ha
logrado documentar “apoyos” y coyunturas políticas que refuerzan la percepción
social de una intención manifiesta por parte del gobierno municipal por
desconocer los usos tradicionales en aras de “fomentar la pacificación de las
comunidades”. Sin embargo esta “pacificación” despliega indicios represivos
pues emplea a grupos organizados privados para ejercer presión o cooptar el
voto “libre y secreto”. Una aberración invocada en los comicios insiste en
justificar a las autoridades municipales como juez y parte, operador y arbitro,
o elector principal que decide cual es el mejor modo de votar para las
comunidades, aunque se deje a un lado tareas sustantivas como la seguridad y la
paz social: de acuerdo a un sondeo de percepción dentro del municipio, los
índices de consumo de bebidas alcohólicas
se incrementaron en un 35 a 40% el día de las elecciones.
En San Andrés de la Cal, el balance de la jornada
electoral, es, sin duda, de triunfo contundente para el gobierno municipal de Tepoztlán, y de derrota
contundente para la comunidad.En unas elecciones intachables por la elevada participación
y la civilidad de los pobladores, salen a relucir,sin embargo, los vicios de
siempre, tan conocidos, tan rancios de la política sucia: ahí donde los chismes
y los prejuicios son incluso más importantes que los problemas reales, la
hipocresía enseñorea, divide profundamente y paraliza cualquier acción en pro
del bien común.
No obstante que la convocatoria publicada por el
ayuntamiento de Tepoztlán, para la elección de autoridades auxiliares (léase
ayudantes municipales), se basó en un
absurdo jurídico (según el cual, leyes locales estarían por encima de la
constitución); la alineación pasiva de
las cuatro planillas participantes (verde, azul, morada y amarilla) a esa
imposición sin fundamento, significó de parte de los líderes y seguidores, una
falta de competencia en materia de derecho constitucional concerniente al
reconocimiento de la cultura de los pueblos indígenas y por ende, una falta de
visión y comprensión integral del contexto histórico-político y de actualidad
del poblado. La irregularidad más
notable en el proceso de elección instrumentado por el ayuntamiento, fue la
ausencia de una consulta pública a las comunidades, sobre sus usos
tradicionales,para la elección de sus autoridades internas., para lo cual,
sobra decirlo, no hubo ni un esbozo de reclamo u oposición, ni de parte del
pueblo y menos de las planillas. Esa parálisis de acción opositora tampoco pudo
contrarrestar la injerencia estatal y municipal, la cual se hizo de forma
pública a través de gestores identificados con proyectos de modernización
carretera, para que el gobierno de la llamada Nueva Visión, distribuyera despensas y “apoyos financieros” con los que
claramente intentó inclinar la intención de los votantes a favor de candidatos
títeres.
El posicionamiento, formación y consolidación de dos planillas “apadrinadas”,introdujo en las
elecciones locales inequidad, favoritismo inducido y chantaje dirigido a los
votantes, promovido este último por facciones familiares bien identificadas
tanto por sus conexiones gubernamentales como por su red de beneficiarios.El
impacto de estas maniobras de inducción del voto y manipulación tanto internas
como externas,se vio reflejado en el repunte de la participación de ciertos
sectores de votantes, que fueron forzados a votar por una opción específica, so
pena de perder su lugar en los programas federales como Oportunidades, 70 y Más
o de apoyos al campo. En ese sentido fue evidente la receptividad y elevada
participación de gente de la tercera edad y amas de casa.De modo que, la nula
resistencia al autoritarismo y a la injerencia de los gobiernos estatal y
municipal, también se reflejó en un ejercicio acrítico del voto, en el que
triunfó localmente, el voto duro de tres familias y los compadrazgos adherentes,
pero no la democracia ni la verdadera representación popular. Es decir, en
términos del análisis de la política real, el “ganar” con solo una quinta parte
del padrón real de votantes es considerado como signo de debilidad política, y
una posición cuestionable para el establecimiento de una real interlocución.
Así pues, los dividendos de la realpolitik municipal arrojan cuentas alegres para la preeminencia
autoritaria del ayuntamiento de Tepoztlán, y una devaluación significativa en
la autonomía e identidad del poblado de San Andrés de la Cal. El mosaico de
debilidades del poblado quedó al descubierto en cada una de las siguientes
manifestaciones:
·
El hecho de que las dos principales planillas hayan sido
apadrinadas, es signo de debilidad organizativa y orfandad de respaldo real.
·
El hecho de que la PLANILLA GANADORA haya basado su fuerza
en el voto duro de familiares y conexos, sin rebasar una quinta parte del padrón
real de votantes, es signo de su muy limitada convocatoria, y signo inequívoco
de lábil representatividad.
·
El hecho de que las dos planillas principales hayan
apostado por la compra del voto o su cooptación, es signo de debilidad que los hará depender de las
determinaciones del ayuntamiento, cargando con la cuenta del costo político
ante medidas impopulares o del todo contrarias a los intereses del poblado.
·
El hecho de que las dos planillas principales hayan
obligado a votar a gente de la tercera edad con evidentes dificultades
motrices, o a personas con manifiestas limitaciones cognitivas, o a personas en
situación de vulnerabilidad social o financiera; habla de insolvencia moral y
también de signos inequívocos de nepotismo.
·
El hecho de que los jóvenes no votaran, es un signo de
neutralidad política mal entendida y de su incultura sobre la historia pasada y
reciente de su pueblo.
·
El hecho de que algunos jóvenes hayan querido intervenir
en los destinos de su pueblo, desde el desconocimiento y la ambigüedad es signo
de su orfandad ideológica, y de su resistencia a actuardesde una posición
crítica, reflexiva y responsable.
·
El hecho de que los pobladores de San Andrés de la Cal
hayan permitido que el ayuntamiento impusiera su modo de elección, es signo de
un debilitamiento profundo de su identidad y la disolución sus valores,
autonomía y dignidad.
·
Finalmente, el hecho de que los pobladores hayan tolerado
la compra del voto por parte de planillas arribistas y acomodaticias, nos habla
de una inconciencia ciudadana que apuesta por la dependencia hacia el
asistencialismo del gobierno, lo cual, no genera riqueza pero sí el atraso
social, injusticia y envilecimiento de la dignidad humana. Al final, tenemos un
pueblo más polarizado y dividido, ante un ayuntamiento fuerte, centralista y
autoritario que tiene el permiso de la pasividad para seguir marginando a las
comunidades como San Andrés de la Cal de la inversión
pública que le corresponde.
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