martes, julio 19, 2011

PRELUDIO



He abandonado ciudades extrañas,
no quiero insistir en las mismas heridas
el sabor de la sangre se hizo amarga
y hasta he desconocido lo que he sido.

No quiero un sol de triste fulgor
ni playas solitarias
ni el paisaje de los tristes navíos del naufragio.


He renunciado a todo lo que sea pesado
herencia de otros que han pasado a habitar la lejanía,
en esa parte de la que jamás volverán
como jamás volverán los que del mundo se van...

Si en la marea del destino te encuentras con el eco de mi risa
consérvala como el canto de una edad fugitiva
y entra con ella a ciudades imaginarias
pisando fuerte
riendo y cantando
debajo de un cielo inmenso
perlado de lunas.

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