lunes, mayo 11, 2009

LOS INCONFESABLES

By Jorge Antonio Díaz Miranda
Mayo de 2009
1. La observación directa y los datos en perspectiva nos permiten conocer el significado de las acciones, que el gobierno calderónico emprendió para atender la contingencia sanitaria provocada por el virus A/H1N1. Significado que puede buscarse en los sesgos, intersticios o lagunas de lo que se hizo a medias y luego se presentó como realizado; o bien de lo que no se hizo y queda por hacer.
2. Alarmar a la población con datos inciertos y estimaciones que luego resultaron exageradas, puede ser visto de dos maneras. Primero, que el virus era nuevo y que no se sabía cómo iba a comportarse luego, en la trasmisión, sintomatología y respuesta a medicamentos estándar. Sí ese hubiera sido el caso, las autoridades sanitarias debieron explicitar la parte que eran presunciones o hipótesis de trabajo que más tarde serían corroboradas o no por el seguimiento clínico. Segundo, que se trató de una estratagema de exageración Estatal, para desviar la atención de problemas centrales como la recesión económica en curso -que hasta ahora se declaró como tal- , y que además, tuvo como objetivo secundario dispersar las campañas electorales atemorizando a los votantes.
3. El clima se enrarece más con la extraña transición de alarma máxima y suspensión de actividades (cuarentena) decretada del 26 de abril al 06 de mayo, y el decreto posterior del regreso para la “normalización acelerada” de las actividades económicas con el reinicio masivo de clases. Esta transición en medio del sostenimiento de la OMS de la alarma nivel cinco y la inminencia de que se ingrese al nivel seis por los 34 países que ya registran casos de influenza humana.
4. Respecto a lo que se hizo a medias, baste citar el ridículo reglamento sanitario para lugares públicos, fabricas y escuelas, que, de haber un nuevo brote más agresivo, su aplicación no detendrá la diseminación del virus.
5. En este rubro también podemos incluir la deficiente atención clínica en hospitales públicos y centros de salud comunitarios, en los que no llevan a cabo estudios preliminares ni canalizaciones, ni tampoco cuentan con los antivirales.
6. La preparación previa del regreso de clases en universidades y escuelas del nivel básico, estuvo llena de irregularidades como el hecho de que no llegaron los apoyos prometidos por el secretario Lujambio para desinfectar limpiar, fumigar o desinfectar las instalaciones; además de que el control del cuestionario de antecedentes clínicos no fue aplicado adecuadamente porque se le dejó esta tarea a profesores y directores de escuela, sin ninguna experiencia médica o paramédica.
7. La discusión legislativa para cambiar la situación del sector salud en México no sólo fue improductiva (ya que no generó iniciativas de ley) sino que fue remitida a la larga lista de asuntos pendientes a resolver porque están condicionados a la aprobación de reformas fiscales, laborales y de seguridad social. La postura del grupo parlamentario panista, implícitamente apoyada por el PRI, es inamovible en este sentido. No es necesario insistir en el hecho de que tales reformas contienen elementos que afectarán directamente a los pequeños contribuyentes cautivos y a los trabajadores, favoreciendo una vez más a los potentados, que seguirán en el camino de concentrar más capital bajo el principio de privatizar las ganancias y socializar las perdidas.
8. O sea que, en términos de esta postura rígida de los legisladores del PAN, ni siquiera esta emergencia sanitaria de proporciones mundiales ameritaría realizar esfuerzos para sacar de la crisis crónica, estructural, de investigación, atención clínica y de educación preventiva, al sistema de salud pública en México, el cual lleva décadas de rezago y abandono Estatal.
9. La perspectiva a futuro no es muy alentadora, la próxima epidemia nos espera y ese es un hecho incuestionable. Sin duda golpeará más fuerte a esos países donde la pobreza alimentaria, el desempleo, la falta de educación y sistemas de salud debilitados, predominen como distintivos de desigualdad social.

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