miércoles, noviembre 29, 2006
MOVILIZACIÓN SOCIAL Y ACCIÓN LEGISLATIVA
MOVILIZACIÓN SOCIAL Y ACCIÓN LEGISLATIVA.
MÁS ALLÁ DE LA SOMBRA DEL CAUDILLO
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
(29 DE NOVIEMBRE DE 2006)
El mayor contraste de posiciones y acciones en el quehacer político e ideológico de los grupos en pugna en nuestro país acaba de mostrarse en su expresión más definida: por un lado el uso de la violencia y la represión contra todo asomo de inconformidad, y por otro lado la apuesta permanente por la política a través de la organización, la autogestión, el dialogo y la democracia. Dos posiciones que hoy por hoy están distanciadas.
Desgraciadamente la permanencia del PRI y el PAN en el poder de facto, concentrado en posiciones estratégicas de los Poderes de la Unión, significa en última instancia la derrota de la política a manos de los mismos personajes que tienen como responsabilidad el ejercerla en beneficio del bien común, y que hoy están enfrascados en la obtención de prebendas, negocios familiares, negociaciones oscuras, prestaciones, etc., en vez de atender los grandes problemas de este país, con la extrema pobreza de 50 millones de mexicanos a la cabeza del desfile apocalíptico, y cerrando la procesión de flagelos el narcotráfico que hoy por hoy parece escampar en medio del fracaso gubernamental y la frivolidad de un agónico presidente que sigue aferrado a la ignorancia y a la estupidez.
Cada uno de los miembros del movimiento pos electoral deberá estar consciente que desde hoy nada se conseguirá con los poderes amafiados en deshonroso contubernio, y sí en cambio represión, coacción, acoso, desgaste, propaganda mediática y cohersión. Desde hoy el movimiento pos electoral deberá ser consciente del tsunami de caos y desconcierto que el Estado panista estará dispuesto a desencadenar para resguardar la ley y el orden. Que nadie se extrañe que Calderón se estrene en el poder con un golpe preventivo a los movimientos sociales más importante del México de hoy. El escenario que se abre en el horizonte tiene un fondo, parafraseando a Stendhal, rojo y gris.
Nada ha detenido la fuerza de la gente, su motivación, sus ganas de decir basta. El 20 de noviembre de 2006 se puso de manifiesto la fuerza de convocatoria de la Convención Nacional Democrática, el autor de estas líneas, por observaciones directas realizadas en distintos puntos de acceso y en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, calcula que estuvieron presentes cerca de millón y medio de personas. ¿Pero que significa esta fuerza reunida? Creo que es la manifestación más acabada del cansancio de la gente, la emergencia de un deseo de cambio justo ante la situación del país, la cual, es precaria en todo sentido: pobreza y enfermedad, desempleo y ruptura familiar, inseguridad e indefensión, narcotráfico y prostitución; el nombre de las tragedias cotidianas del inicio del siglo XXI en México tiene múltiples rostros y las mismas víctimas, es decir, los que nada tienen.
¡Ya despertamos¡ gritaba un señor de 55 años de edad en silla de ruedas, y remataba ¡ya se acabaron los pendejos del gobierno¡. Andrés Manuel López Obrador es la figura emblemática de la gente reunida, sin embargo, las intenciones por las que apuesta este movimiento de resistencia rebasan con mucho una mera puesta en escena de las motivaciones personales del caudillo. La gente quiere cambio, lo desea, un cambio para mejorar sí, pero un cambio que no este basado en la simulación, en las mentiras de siempre, en el endeudamiento, en el influyentismo, en la mera caridad. La gente quiere un cambio profundo, no para despojar a los ricos de sus bienes sino para regular la forma en que estos obtienen dichos recursos; no quiere una credencial partidista con la cual obtendrá descuentos, quiere una verdadera representación para la solución de sus problemas y ello implica la inversión de su propio trabajo, de su tiempo, de su esfuerzo. ¡Aquí estamos, no estamos solos, queremos vivir y trabajar¡, me decía una señora de 65 años casada con un militar español. Sin duda esta gente y su deseo merece una alternativa seria.
Es un error pensar que el PRD esta detrás de estas movilizaciones masivas. Será un error que AMLO crea que todos los presentes son simpatizantes o miembros del PRD, o bien en el colmo de la auto referencia, que todos los asistentes están dispuestos a perdonar sus dislates, simplificaciones, omisiones u errores. En esta nueva etapa, también los críticos deberán ser criticados. Es justo, es deseable, es meritorio. AMLO y su equipo no son perfectos, en el pasado reciente cometieron uno y mil errores, por ejemplo, las redes ciudadanas sin funcionar, el triste papel de silencio y mutis ante la situación de Oaxaca, la asociación con ex priístas de la peor calaña cuya figura recalcitrante es Arturo Núñez, etc. El mayor desafió será la incomoda incorporación de las filas perrédistas con sus respectivas dirigencias, algunas de las cuales, cardenistas, amauristas u orteguistas, parecen más interesadas en la conciliación con Felipe Calderón Hinojosa. Flaco favor le haría el perrédismo fracturado a este movimiento, si pretende presentarse como la bandera de esta movilización que por otro lado presenta todo los atributos que faltan en aquel: amplio en sus perspectivas, democrático, plural, militante, organizado.
Cabe prever en lo inmediato, es decir después del 1º de diciembre, un clima de confrontación. Felipe Calderón Hinojosa no esta dispuesto, al igual que su tristemente celebre antecesor, a utilizar la política y la negociación que debieran ser el fondo de su investidura republicana y representativa, invocando el respeto a las instituciones y el imperativo de las leyes, abrogándose en su persona la definición de la norma, las reglas y la jurisprudencia para utilizar discrecionalmente y de forma facciosa los aparatos de seguridad. Nadie debe ser ingenuo en este sentido, por más cautela, por más prudencia que se guarde, nada se conseguirá por el conducto de las instituciones, el dialogo y la negociación estarán cancelados. Por otro lado es alarmante el desinterés del presidente electo con respecto a resolver los problemas sociales por lo menos en cuanto a la educación, la salud y el empleo, los nombramientos como el de Josefina Vázquez Mota en educación revelan una continuidad trágica y burlesca de desatención y abandono de este sector.
Si todo lo anterior les ha parecido una ficción les propongo voltear su vista a lo que sucede en Oaxaca. El caso Oaxaca es paradigmático en muchos sentidos. La noción paradigma se emplea en el sentido del filosofo de la ciencia Thomas kuhn donde los hechos son descritos de acuerdo a dos orientaciones, un contexto de descubrimiento y un contexto de justificación. El primero, describe los avances generados por el quehacer científico, el segundo, alude a las condiciones sociales que rodean el quehacer científico. En este marco de interpretación Oaxaca representa un hallazgo dentro de las Ciencias Sociales que siempre parecen atrasadas con respecto al dinamismo con que las sociedades cambian. El modo de representatividad, la organización del trabajo, la estructura, la comunicación, etc, al interior de la APPO, pone de manifiesto un método sistemático de organización que revaloriza lo comunitario, la democracia, el dialogo y la política. Este paradigma de organización social no emerge de la nada, posee elementos interesantes que justifican y sustentan su proceder, sí, el contexto de justificación se deriva de la historia y las tradiciones comunitarias indígenas, de las comunidades rurales y campesinas donde la palabra y el trabajo confieren identidad y pertenencia, honor y credibilidad. Organización horizontal donde los líderes visibles representan en una situación de igualdad a sus representados y estos mismos líderes son removidos efectivamente cuando se separan de los intereses de la comunidad, de esta manera el movimiento se blinda en contra de la corrupción, asegura un ejercicio democrático directo, y consolida su base social. Por lo anterior ha sido difícil desmembrar este movimiento, los métodos tradicionales utilizados por el Estado donde la división, el reparto de prebendas, las negociaciones oscuras, la premiación a los lideres, la desinformación permanente, la disuasión y la represión de baja intensidad no le han funcionado al gobierno que por otro lado esta habituado a la doble moral. De hecho sólo el ridículo y el escándalo han estado acompañando las acciones del Estado que esgrime como coartadas la ignorancia y la división de poderes, pero en el fondo esgrimirá las maniobras de siempre: intercambios y arreglos, dividendos y reacomodos. En esta oscura lógica del poder lo que debe esperarse es el inicio de la verdadera represión, la cual se orientará a desestructurar a la APPO, por medio de la provocación, el encarcelamiento, el asesinato, la intimidación, la tortura y la guerra de baja intensidad. Para el Estado mexicano Oaxaca es un experimento de contención y control de movimientos sociales, constituye lo que en su día significó para el escritor Karl Krauss, Viena, la capital del decadente imperio austro húngaro, un campo de concentración para experimentar el fin del mundo, donde los derechos humanos, la dignidad, la razón, la ética y la justicia son pisoteados por la alta burocracia del Estado.
La Convención Nacional Democrática, Andrés Manuel López Obrador, el PRD y todas sus corrientes, y todos aquellos que piensan en alternativas de desarrollo social para este país debieran de abrir los ojos y poner atención a lo que el Estado hace en Oaxaca porque esa será la forma en que el presidente electo pretende responder a la disidencia, a las inconformidades, a la crítica, al rechazo de su “política” . La indignación y las declaraciones no suelen tener impacto en las decisiones del gobierno, se requieren acciones efectivas, organizadas en redes sociales horizontales para contrarrestar las maniobras de represión. Organización, autogestión y solidaridad serán los bastiones para contrarrestar los golpes de las masas autómatas (militares y PFP) a disposición del poder de facto (Presidencia, PRI, PAN, empresarios y televisoras). Las células de solidaridad, la organización en los vecindarios, el municipio y los poblados deberán de actuar en conjunto hacia un objetivo común, con un liderazgo horizontal que fomente entre sus representados la comunicación, la autogestión y la auto seguridad, donde la prudencia y la cortesía deberán de ser una medida de conducta ante las provocaciones. Es factible también pensar en entrenamiento para la autodefensa, donde el pueblo mismo sepa que las fuerzas de seguridad no se detendrán a considerar derechos humanos o la integridad física de las personas, el ejercicio y las maniobras de evasión serán una defensa efectiva ante la violencia de masas ciegas que están entrenadas por el Estado para obedecer ordenes sin considerar la justeza o no de las mismas. En este sentido la internet ofrece buenos ejemplos de maniobras de autodefensa producto de las experiencias acumuladas por los movimientos antiglobalización en el enfrentamiento con fuerzas antimotines, disuasión y fuerzas mixtas (militares y fuerzas civiles), en Asia, Europa, América, África y Oceanía.
Masas organizadas vs masas ciegas, esa es la dicotomía que se presenta en el México de hoy. El gobierno pretende con sus acciones re actualizar el sentido de la frase de Clauswitz, según la cual, la guerra es la continuación de la política por otros medios, este es el mensaje que envía Calderón Hinojosa con el nombramiento en la Secretaría de Gobernación del polémico ex gobernador del estado de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, celebre por sus decisiones firmes y afanes represores con los que atajó las protestas durante la inocua cumbre que celebraron la Unión Europea y Países Latinoamericanos en 2004 en la ciudad de Guadalajara, cuyo saldo represivo arrojó decenas de heridos y detenidos. La estrategia del presidente electo es clara, la imposición del orden y el respeto haciendo intervenir las fuerzas de seguridad lo cual se justificaría recurriendo a una interpretación literal y abstracta de la ley. La invocación del “imperio” de la ley, el uso directo de las fuerzas de seguridad, la anulación de la autonomía de los poderes de la unión y la co-fraternidad con las elites empresariales serán los distintivos de la nueva estrategia del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, sin embargo, esta situación no es emergente, al contrario, desde Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León viene fraguándose la configuración de este tetraedro en cuyo perímetro, área o superficie, lo social esta al margen. Agustín Carstens posee una sólida formación académica y técnica, pero el factor desarrollo social cuanta poco o nada en la forma en que propone encarar el desarrollo económico de México: más productividad, reforma hacendaria, impuestos y abandono gradual del Estado de sectores estratégicos como los energéticos a favor de sectores privados. Esto es lo que indica la historia del grupo político al cual pertenece, no sus palabras, ni su formación académica, ni su personalidad, es la historia de las clases privilegiadas que buscan acomodar en puestos clave a quienes operen políticas para su especial beneficio. Las fuerzas armadas en este contexto deberán ocupar un papel preponderante de control, detección, contención y sometimiento.
Es este el panorama que deberá tener en cuenta La convención Nacional Democrática, Andrés Manuel López Obrador, y cada uno de las personas que se sumen a este movimiento social. La política, el dialogo y la mesura han acompañado a este movimiento social de amplio alcance, pero en la medida en que la confrontación se acerque deberá de cuidarse de infiltraciones, provocaciones y excesos que serán vigilados con especial recelo por el poder. Por cierto, en una de las cornisas del edificio que resguarda la plancha del Zócalo capitalino, a corta distancia donde se encontraba el periodista de la Jornada Julio Hernández López, este observador pudo atestiguar la presencia de un grupo de militares que estaban video filmando la reunión del 20 de noviembre, su traje, sus insignias y sus boinas revelaban su adscripción: militares de fuerzas especiales de apoyo táctico.
Hay por último, un elemento contra el cual tendrá que luchar las fuerzas y corrientes que se aglutinan dentro de la Convención Nacional Democrática: la desmemoria. Es cierto, el hoy casi extinto gobierno foxista en coordinación con el Consejo Coordinador Empresarial y el IFE fueron factores que inclinaron la balanza para que Felipe Calderón llegará a la presidencia de la república, pero esto no debe hacernos olvidar que durante la campaña López obrador centralizó en su persona todas las decisiones de peso para el despliegue de su estrategia de campaña, de movilización y de coordinación de los distintos grupos que lo apoyaban, él es uno de los responsables directos del caos que sobrevino el día de las votaciones donde representantes perredistas jamás llegaron a las casillas, donde nadie sabía a dónde habría que ir, donde la confianza y la inexperiencia dejaron ir votos, incluso, en los bastiones donde se pensaba que se iba a ganar con facilidad. México no es el Distrito Federal, y esta fue una lección que se aprendió tarde y mal.
México es una pluralidad que aglutina más de 2700 municipios cada uno con una problemática específica que se ha dejado de atender desde el gobierno de Miguel Alemán en la década de los 40s. México es un sistema complejo poco comprendido incluso por sus propios habitantes. México no se puede reducir a la visión que nos ofrecen los consorcios televisivos, no es el territorio Telcel del monopólico Carlos Slim. México es historia viva, plural, multilingüe, multicultural, México no sólo es Monterrey, Guadalajara o el Distrito Federal, también lo conforman 29 estados más con necesidades urgentes de cambio. México no es el narcotráfico, la corrupción o los grandes negocios, aunque por primera vez en su historia es vulnerable y puede convertirse en el rehén de estos.
Todo esto yo lo comprendo, tu lo comprendes, cada persona nacida en este país y los extranjeros residentes lo comprenden, y por eso estamos unidos en esta lucha. El problema reside en que la clase política y las elites han perdido para siempre esta perspectiva, sin embargo ellos, se organizarán para imponer su propia visión, la de siempre, la mediocre versión de unos cuantos que aprovechan la ingenuidad de muchos que los apoyan sin participar realmente en el estilo de vida de las elites más que como un espejismo, o una enajenación, o un fetiche televisivo.
Jorge Antonio Díaz Miranda
Cuernavaca Morelos, 29 de noviembre de 2006.
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