jueves, abril 28, 2011

SATURNO DEVORANDO A SU HIJO


En un virtual (aunque no declarado) sitio de guerra, existen distintos matices que deben considerarse para no caer en la trampa reductiva de los bandos enfrentados. La era internet está caracterizada por una transferencia simúltánea de información desde una escala ilimitada de fuentes, lo que en definitiva rompe cualquier pretensión de reducir el proceso de su interpretación a la expresión autorizada de un imaginario monopolio metateórico (académico o de otra índole). Con todo, cualquiera de los Estados modernos sigue actuando como si todo lo anterior no existiera, controlando la televisión privada o pública con un férreo criterio de apegarse a lo que es "oficial" por decreto, coptando la libertad de información, de expresión, la transparecia y la rendición de cuentas. El Estado, el más frío de los monstruos (según la expresión de Nietszche), procede desde el último cuarto del siglo XX y hasta nuestros días con procedimientos de desinformación y censura, "justificadas jurídicamente con oscuras legislaciones emergentes". En ese contexto de corrupción ideológica, la fotografía adquiere un plusvalor testimonial y documental, necesario para contrarestar la alienación. El núcleo de la discusión sobre publicar o no las fotografías generadas en México, en el contexto de la llamada "guerra contra el crimén organizado",

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