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El proceso fast track para BEATIFICAR al polaco Juan Pablo II (a) Carol Wojtila, revela la prisa del Estado Vaticano para imponer disciplina entre los fieles y olvidar las omisiones y encubrimientos del beato, en los escándalos de pederastía por parte de Marcial Maciel y otros "ejemplares hombres" alrededor del mundo. Al final, se trata de una alineación brutal a través de un carpetazo al más alto nivel, para cerrar las vías a una investigación a fondo de responsabilidades, complicidades, redes de poder implicadas; de las que Juan Pablo II hechó mano para silenciar, coptar, detener, diluir o desvirtuar las acusaciones sobre sus "favorito$". Por lo pronto en México, echan las campanas al vuelo por el cinismo triunfante y la enorme lápida de mármol de un virtual fuero eclesiástico, que immovilizaría las investigaciones sobre pederastas ensotanados retirados y en activo. Sin duda, el gesto del apresurado viraje vaticano, es saludado con benéplacito y comedimiento por Norbeto Rivera y Onésimo Cépeda, ejemplos vivos de la impunidad verbal, el voto de silencio y la insensibilidad con las víctimas. Abandonad la esperanza de Justicia, el Estado Vaticano confirma con la BEATIFICACIÓN de Juan Pablo II la preeminencia de la impunidad que sí es de éste mundo. Una vergüenza.
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