Las ejecuciones en México son explicadas a partir de la colusión del crimén organizado con polícias, militares, funcionarios publicos y políticos.
La logística de despliegue permite suponer una vasta red de intervención y coordinación en el trasiego de valores, drogas y armas, además de la ingeniería de evasión fiscal y blanqueamiento de dinero.
Un aspecto particularmente atractivo es el concerniente a los puntos fronterizos entre Estados Unido y México, terrestres, marítimos y áereos, que son utilizados para puentear armas y drogas lo que en términos prácticos dimensiona la corrupción de funcionarios en un ámbito multinacional. La legalidad de la venta de armas de asalto y explosivos de gran potencia en los Estados Unidos, facilita el traslado de grandes cantidades de armamento cuyo destino final serían los supuestos criminales, militares y exmilitares de distintas nacionalidades (incluyendo mexicanos) o efectivos de Empresas Militares Privadas (EMP).
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