lunes, abril 08, 2013

EL SANTOS CONTRA LA TETONA MENDOZA




La película propone desde el escándalo un itinerario escatológico de principio a fin. La provocación que concitan sus imágenes sibaríticas no siempre se sostiene en un plano de coherencia por el exceso gratuito de procaz testosterona. El traslado de tiras cómicas hacia la animación de los dibujos animados, perfila mejor los rasgos de carácter de los personajes creados por Jis y Trino, pero cae en ciertos lugares comunes del polimorfismo pacheco, la ambigüedad de género o la puñeta clasista. Las metáforas sociales según las cuales zombies de Zahuayo igual a pobres marginados, es un sarcasmo hilarante que activa un imput de burla descarnada de las posiciones políticamente correctas que terminan en la misma corrupción que practican las élites extractivas. El feminismo condensado en el mexican chichis pagüer es la evolución natural modificada del pito centrismo, denunciado por las alegres damas de vodevil como un homosexualismo de clóset. Sí. Por momentos hay humor en secuencias bien logradas, y otras veces un tedio de imágenes y diálogos que quieren pasar como elaboración de contextos y justificación argumentativa… pero querer unir estas partes es como tener piezas de un puzzle que no ensamblan, que no encajan, en la visión global del conjunto. Pese a lo anterior la película se deja ver, más aún cuando la libertad del control remoto nos permite omitir o acelerar esas partes innecesarias que son chocantes por inútiles e inútiles por fútiles. Los ovarios al poder reclaman, en la voz de la némesis del santos, la Tetona Mendoza, el control social de la dictadura de las tetas para reeducar con telenovelas a las bestias panzonas consumidoras de cerveza. 

        

No hay comentarios.:

Publicar un comentario