martes, abril 09, 2013

EL DESALOJO FEDERAL DE LOS CIUDADANOS DE SEGUNDA CLASE




EL DESALOJO FEDERAL
DE LOS CIUDADANOS DE SEGUNDA CLASE

JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Abril de 2013

Ufanos y mediáticos los púlpitos de la condena oficialista,  claman loas dirigidas a la ejemplar demostración de fuerza institucional para desalojar a los “rijosos” de la CNTE de la carretera del sol. La justificación principal, de acuerdo a los vocingleros paladines televisados del “estado de Derecho” deriva de que la medida impide la afectación a terceros que son mayoría, a diferencia de “unos cuantos que no quieren regresar a las aulas, por su flojera y su anacronismo sindical”. Con un cinismo desmedido estos jueces de facto, comunicadores de pacotilla, acicalados lectores de boletines de prensa, oficiantes pagados del flatus vocis, mercenarios de la comunicación, payoleros y play boys, entenados de las notas insertadas...

Se hacen los pendejos ante la situación actual y sobre todo de la historia que están en el fondo de las manifestaciones y del malestar social. Se hacen pendejos sobre el hecho de que sólo hasta estos aciagos días al Estado mexicano parece importarle al fin el destino de la educación, después de ocho décadas de amasiato con los peores líderes charros como Elba Esther Gordillo, cuyo poder creció cobijada por el presidente en turno, hasta la ruptura con el actual. El sector de la educación pública que ha sido atendido por décadas del México moderno como mero instrumento político, tópico de la demagogia revolucionario y bastión de la entelequia democrática: mientras los verdaderos profesores en comunidades marginadas de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, etc., enfrentaban  condiciones terribles para el ejercicio de su trabajo.

Y con la policía comunitaria y los grupos de autodefensa lo mismo. marejadas de censura jamás podrán pulverizar los acantilados de la realidad. Si tanto se escandalizan con las armas de la policía comunitaria  ¿por qué no se indignan de las armas del crimen organizado? Pero los matices no les interesan ni los problemas reales ni el Estado Fallido en zonas empobrecidas donde mandas señores de horca y cuchillo.

Las fuerzas federales han sido entrenadas para disolver manifestaciones sociales o enfrentar la insurgencia, pero la triste verdad es que han valido madre con los criminales a los que ni siquiera han afectado en su capacidad operativa y poder de fuego.

Para la impartición de la justicia hay dos raseros: la permisividad para los empoderados y el martillo de la persecución para los desclasados. Eso es ridículo en la modernidad, eso es un peligroso anacronismo cavernario, eso es inflamar el fuego del malestar social, eso es sembrar desde el poder la semilla de la violencia. Pero la historia demuestra que siempre llega el día en que el auto elogio se agota en su auto referencia y futilidad, lástima que sea la gente de a pie los que debemos pagar y muy caras las mentirillas de los mantenidos de la administración pública, ejecutiva, legislativa o judicial.            

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