sábado, abril 28, 2012

DEMOCRACIA.COM



DEMOCRACIA.COM
By Jorge Antonio Díaz Miranda
Martes 24 de abril de 2012

La nomenklatura de la politiquería nacional hace eclosión de pura vulgaridad y presenta sus grandes ofertas de temporada con rebajas de demoscopia electorera y fuerte tufo de anacronismo populista.

Como en los mejores tiempos de la “dictadura perfecta” vuelven las fuerzas vivas, el mangoneo de las masas, el carrusel, la cargada, el corporativismo, el ratón loco, y todos los productos sectarios de una edulcorada farsa democrática para revivir el presidencialismo  de cuates, pero esta vez ornamentado con aladas gaviotas cedidas generosamente por TELEVISA entertainment. Ya veremos en el futuro cómo el erario pagará las cuentas de la prolongada luna de miel del gallo encopetado. Mientras tanto los caudales de dinero de fuentes oscuras fluyen incontenibles hacia la candidatura de sangre y oro, edificando flamantes proyectos de desarrollo comprado a precio de salvaje endeudamiento público. Las devaluaciones se erigen como sombras amenazantes, al igual que el entreguismo y las relaciones carnales con Washington aunque muy condimentadas con especias nacionalistas. La nostalgia hace presa de la población que reconoce al PRI como un partido de transas aunque “ellos sí te dejaban algo para irla pasando”. La falta de un proyecto de transformación social aunado a la adicción por la imagen, harán las delicias del próximo gobierno priísta, quien se re inaugurará con un golpe mediático espectacular, quizá -suponen los entendidos-, con la cabeza de la secretaria general del SNTE que debe al partido tricolor tantos y tan dolorosos agravios. Una actualización del quinazo salinista al más puro estilo de un junior del cretácico tardío.         

En la esquina confesional las ratas abandonan el barco ante los signos inequívocos de prematuro naufragio. Muerte electoral programada por oscuros acuerdos de las cúpulas revelando hasta el final el verdadero tamaño de la presidencia espuria a cuya cabeza se haya un pigmeo cerebral de predecibles taras políticas y deontología ideológica reblandecida. La guerra sucia pasó a la historia porque hoy por hoy esa inestable pieza de artillería puede ser usada en contra de la dama de triste armadura y flaco jamelgo blanquiazul. La campaña no alza el vuelo y no es por los adversarios de las otras franquicias políticas que compiten con esta por el podio de las mediocridades. Más bien se debe a la falta de materia gris para generar mínimamente un discurso coherente en cada foro donde la flamante candidata se presenta. Pura parafernalia en la desesperación de saberse abandonada por el poder, rodeada de mentalidades minúsculas y una logística sistemática para desorganizar, desinformar y producir el mayor número de ridículos de género de los que se tenga memoria en la historia pre-electoral de este país.

La llamada nueva izquierda no está mejor. De hecho está en el trance del peor de sus momentos. El ansia de mostrar una imagen conciliadora -amorosa la llaman sus panegiristas-, ha restado credibilidad a sus propuestas de transformación social. Pero más allá de los brazos abiertos a las televisoras y las disculpas lastimeras a los pontífices de la desinformación comercializadora, AMLOVE recorre el mismo trasiego de los errores del pasado, centralizando en su figura la campaña mediática de una izquierda escindida. Apelando a su “autoridad moral” para imponer una visión de unidad que está lejos de ser real, olvidando los agudos problemas sociales de México para no lastimar el velo de seda de las élites que lo siguen viendo con recelo y un peligro para sus privilegios y “abusos legales”; devaluando la ideología en pos de la demoscopia, tendiéndole la mano a los enemigos y dándole la espalda a los aliados, lanzándose a una campaña de unidad sin haber escindido del seno de la izquierda el cáncer arribista-separatista de chuchos, amalios y zavaletos. Hoy por hoy la nueva alianza hereda la simulación como signo de identidad y la demagogia como sostén ideológico. Hoy por hoy, en medio de la sangre, la izquierda tiene los días contados porque incuba el germen de la sospecha, el burocratismo y la dispersión.

Pero el negocio de la democracia sigue. Es rentable, barato y está cooptado por el duopolio televisivo. Es redondo pues se requiere casi nada de inversión y su ganancia es segura multiplicada factorialmente, en relación a la generosidad del erario y los mares secos de la ley que legalizan el abuso.  Las cuentas alegres de las encuestadoras proyectan crecimientos inimaginables en medio de una crisis económica que paraliza a otros sectores productivos desvinculados del carnaval de la democracia.com. Aunque el body count de la muerte siga aumentando dígitos y los problemas reales del país se apilen como estadística en las secretarías de estado, las promesas danzan alegres alrededor del incendio, la pobreza y el desempleo. Y aunque sea tentador atribuir a la amnesia democrática el previsible triunfo del engallado copetín, es menester reconocer que en muchos estados de nuestra sufrida república ven en este enano con sancos la posibilidad real de detener la masacre y el odio. Aunque ya veremos cómo se cobra toda esa “generosidad” el dinosaurio antropófago.                                   

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