CONTROL
LA VIDA DE IAN CURTIS
(SEGÚN SU VIUDA)
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
Octubre de 2013
El
holandés Anton Corbijn presentó en
2007 su versión cinematográfica titulada Control,
la cual trata sobre algunos aspectos
de la vida de Ian Curtis, vocalista del
grupo Joy Division. Con una
fotografía en blanco y negro que por momentos es estrujante, debida a los
esmeros de Kevin Cummins (quien
trabajó para la grupo de Manchester, haciendo las fotografías para sus dos
únicos discos de estudio); Corbijn montó un plató que intenta –no totalmente,
ni siempre con buenos resultados- acercarse a la visión atormentada del
vocalista que, en su corta vida artística, anticiparía los derroteros estéticos
del sonido Manchester vinculado a lo que en la actualidad se denomina Trip Hop, Cyberpunk e Indie-cool.
El influjo de Joy División con sus dos únicos discos, Unknown Pleasure y Closer fueron suficientes para forjar en el Reino Unido y, a la postre, en todo
el mundo, un culto a la misteriosa banda que tan sólo duró en explosiva y
vertiginosa circulación poco tiempo, pues Curtis se suicidaría antes de iniciar
la gira por Estados Unidos. Depresión, epilepsia y un vertiginoso estilo de
vida, fueron los elementos que combinados configuraron la propensión de Ian
hacia un aura siniestra, oscura, evasiva, pero al mismo tiempo hacia una visión
esplendente e intensa del rock and rol, que es a un tiempo en su
interpretación, visceral y etéreo. La carrera fugaz de Joy División sigue
vigente después de más de veinte años con la triada de elementos perturbadores
que forjarían su sello particular: el nombre de la agrupación, las letras
cripticas de las canciones y su extraño vocalista que bailaba como un poseído
hasta que lo derribaba la epilepsia. Desde luego que el matiz es importante,
Corbijn basó el guión de su película en las memorias de Deborah Curtis, viuda de Ian, las cuales fueron publicadas en un
libro titulado Touching From a distance:
The Life of the Ian Curtis & Joy División. En ellas, la viuda presenta
desde una perspectiva sentimental (of course), la visión de los últimos años de
Ian, su relación de pareja, los desencuentros afectivos, la extraña e inestable
personalidad de Curtis, las obsesiones estéticas que forjaron sus composiciones
y la peculiar relación que tenía con sus compañeros y amigos Bernard Summer, Peter Hook y Stephen
Morrison, grandes músicos que posterior a la desaparición de Joy Division
formarían New Order.
Hermenéutica
sentimental aparte, la película de Anton Corbijn puede verse como un buen
acercamiento panorámico a la música de Joy División, disfrutando los hallazgos
de actuación sincronizados con la música oscura y los atisbos de una
personalidad atormentada por la fatalidad.
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